ALVARIÑO

Nació en la primavera de 1911 y murió fusilado el 28 de Octubre de 1936.

Fue su esposa Amparo Pérez, de cuya unión nació José y Rafael (nacido al poco tiempo de ser fusilado el poeta). Su segundo hijo, – el que seguía a José – falleció muy pequeño a causa de una pulmonía, y Amparo pasó el trance de traer al mundo el tercero que nació sin vida, y por fin el cuarto alumbramiento: Rafael, hijo póstumo.

Fueron los padres de José María: José Alvariño Criado y Josefa Navarro Pozuelo.

CANCIONES MORENAS

Sus Canciones Morenas se editaron en octubre de 1935, como agasajo sentimental ofrecido por sus amigos. Fue la única publicación en forma de libro, que pudo poner en las estanterías.

Previamente a su ejecución estaba pergeñando otro volumen de poemas, que pensaba titular: EL CAMPESINO.

Gustaba de firmar sus trabajos uniendo José y María: “Josémaría Alvariño”.

Algunas fuentes indican, que en su trayectoria como escritor figura la posibilidad de que fuera coordinador literario de Eloy Vaquero.

Sí esta constatado que en el periódico La Voz, dirigía una página que se ocupaba de los poetas, sección que tituló de la misma manera: LOS POETAS.

Cerrada la cabecera de La Voz, pasó a trabaja en el periódico Azul, publicación que ya dependía de la FET y de las JONS.

Fue precisamente trabajando en este diario, cuando fue detenido y trasladado al Alcázar de los Reyes Cristianos, lugar donde entonces se encontraba la cárcel. Allí esperó su siniestro final.

Fue tipógrafo de oficio y poeta de sentimiento. A pesar de que le segaron la vida tan sumamente joven –veinticinco primaveras- nos legó unas composiciones inolvidables, en las que empeñó el alma:

 

“Siete revueltas tenía

la calleja de tu calle

ni la luna nos veía

en cada una, quién sabe

los besos que sonarían.”

Y admirándole y queriéndole, sus amigos le regalaron la realización de CANCIONES , MORENAS, obsequio que consta en las frases que se leen al inicio del mismo:

 

ALVARIÑO Y COMPAÑEROS 

“Los amigos de José María Alvariño, han querido reunir una selección de delicadas flores –arrancadas del fecundo jardín de la inspiración- para ofrendarlas en lozano “bouquet” a este joven poeta.

Alvariño, rindiendo culto a una amistad de años, nos ha dedicado cariñosamente un ejemplar de sus Canciones Morenas, ese libro que parece hecho a jirones de su propia vida”.

 

Canciones Morenas

Fue un poeta muy sensible y enamorado fogosamente de Córdoba, de sus costumbres, de sus patios y de sus guapas mujeres, sin duda las admiró como flores auténticas. Los versos que siguen, sirven de pincelada para comprender lo que él sentía y como lo sentía…

“Los crisantemos celestes,

celestes los pensamientos,

laboran las gitanillas

su corona de recuerdos.

Amigas que le rezaban

al santo Julio Romero;

Milagroso de pinceles

que la pintes en tu cielo.

Es Tránsito la gitana,

novia de nuestro coplero.

¡Noche, que noche aquella,

barrio del Alcázar Viejo!

Por la Puerta de Sevilla

Llorábamos los mozuelos…”

UN AMIGO MUY ESPECIAL

Es obvio que a Lorca le caía muy bien José María y éste a su vez admiraba profundamente a Federico. Hasta tal punto, que la poesía del cordobés se percibe influida por la arquitectura literaria lorquiana.

 

Manuel Carreño escribió sus memorias tabernarias en el diario Córdoba y refiere con todo lujo de detalles, la estancia de Federico García Lorca en Córdoba. Se reunió con varios amigos –entre ellos naturalmente Alvariño- para disfrutar de la Semana Santa y en concreto admirar el paso de la Virgen de las Angustias. Nos imaginamos al grupo aguardando pacientemente en la taberna de “Las Beatillas”, la hora propicia. En cuanto a la fecha que figura en el trabajo de Carreño (Marzo de 1935) cabe la posibilidad de que no sea la correcta, por cuanto en distintas biografías dan por sentado que en la misma fecha se encontraba en Sevilla. Por ejemplo Ramos Espejo en su libro: “García Lorca en Córdoba”, suscribe y entiende que Carreño pudo incurrir en el error de suponer que era el 35 y realmente ocurrió en el 36. Otro historiador de la categoría de Gibson, sitúa a Lorca en la Semana Santa de Sevilla también en el 35. Nos inclinamos a pensar que efectivamente la estancia del granadino en nuestra ciudad, se produjo el 10 de Marzo de 1936, día en el que hizo estación de penitencia la hermandad de la Virgen de las Angustias. Sabemos por su biógrafo que los días 7 y 8 de Marzo de 1936 se encontraba en San Sebastián. Los siguientes 9 y 10 están en blanco, lo que apunta en positivo a que la fecha precisa sea la mencionada del 10 de Marzo.

 

UNA CURIOSIDAD

Es probable, aunque no existen documentos que lo avalen, que aparte de su localización en Las Beatillas, pudo haber mantenido reuniones en la taberna de la Sociedad de Plateros de la plaza de Séneca, sede de la histórica peña de Los Legítimos, entidad cultural fundada por Julio Romero de Torres, a la que acudían casi con toda seguridad, Alvariño, Pedro de Vegas, Lorca, …

Romance sencillo de la Piconerita

José María Alvariño compuso un precioso romance, del que transcribimos parcialmente:

…Triste está la piconera

no sé porqué se casó.

La piconerita guapa

no sabe lo que es amor…

Su marido va a la sierra,

le hace de encina el carbón

y si viene, en la taberna

bebe vino al alimón.

Yo siempre la miro, miro,

Y ella por fin me miró.

Juan Morales Rojas, poeta cordobés, le recordó en unos inspirados versos:

“…Por las tabernas del barrio,

barrio del Alcázar Viejo,

lloró el poeta Alvariño

“llorábamos los mozuelos”.

Por la Puerta de Sevilla

nevó un ángel crisantemos;

pero yo me dejé atrás

A Tránsito y a su entierro.

José María Alvariño

lloraba detrás del féretro.

La juventud se achicaba

Porque la llamaba el tiempo.

¡Anda ya, José María;

acaba pronto tu entierro

que en el callejón de Adarve

no te hará sombra tu cuerpo”.

Simpatizaba con el Partido Comunista sin ser militante, aunque sí contribuía económicamente a la agrupación Socorro Rojo.

Entre sus amigos más cercanos, se encontraban Manolo Carreño, Lorca, Francisco Valverde, Antonio Ortiz Villatoro, Antonio Gracia y Juan Bernier.

Han pasado muchos años de la muerte del poeta, y a pesar del tiempo transcurrido, se le sigue recordando.

Sin duda pudo ser algo sobresaliente si la vida, o mejor, la crueldad de ciertos pasajes de nuestra historia, no hubiera cercenado tan brillante futuro literario.

FUENTES DOCUMENTALES:

Juan Pérez Cubillo

Familiares del poeta.

Francisco Bravo Antibón

Jose Luis Cuevas

Montaje y Editor. Escalera del Éxito 254