Vaya por delante decir que la crítica taurina es un género periodístico genuinamente español, diferenciado de cualquier otro por las características propias de los elementos que intervienen en la fiesta, la naturaleza del mismo espectáculo y el grado de pasión que alcanza.

La crítica puede orientar, sin imponer la vanidad irresistible de los que creen que siempre llevan razón y conocimiento de todo cuanto sucede en la lidia, porque cada espectador tiene la orientación de sus gustos y de sus diferencias.

Tampoco puede complacer a todos, aunar sus opiniones y voluntades, porque esto no está en función del periodista.

No queda más postura lícita y honesta que decir la verdad, según su real saber y entender, sin contagiarse de la muchedumbre, que en ocasiones juzgan a los toreros por lo que hicieron en otras tardes o temporadas, Esta debe ser -a mi entender- su cualidad más sobresaliente. En la crítica, cada maestrillo tiene su librillo.

En otro tiempo, este tipo de narración suele ser conocida con el nombre de revista, que era una reseña más o menos escueta, que periodistas y escritores aficionados escribían sobre diversas corridas de toros que tenían lugar durante la temporada taurina. Leyendo muchas críticas de antaño nos quedamos a oscuras, sin conocer las condiciones de la lidia o sin saber si el torero está por encima o debajo de las condiciones e inconvenientes del toro.


 Las primeras alusiones dando información de las corridas de toros –aparecen aunque solo reproduce un detallado resumen de los gastos e ingresos de las corridas celebradas en Madrid- en el 1791 en el periódico Memorial Literario y Curioso de la Corte de Madrid. Sin duda había interés del público por saber los ingresos que percibían los Hospitales al ser, éstos, propietarios de las plazas de toros.

La primera revista de toros, hecha con tal propósito, aparece el jueves 20 de junio de 1793 en el popular Diario de Madrid, y relataba la corrida de dieciséis toros muertos -seis por la mañana y diez por la tarde- a manos de los hermanos Pedro, José y Antonio Romero, en la cuarta corrida que se celebró el lunes día 17. Firmaba aquella información, Un curioso, y anunciaba que continuaría en su ejercicio si el favor del público le acompañaba; La verdad es que era un aficionado minucioso y detallista en sus informaciones.

Relacionaba de una forma estadísticamente todas las suertes realizadas, enumerando los puyasos, banderillas, pinchazos y estocadas de los espadas, además de los caballos muertos en la lidia de cada toro, asimismo, de las incidencias de la lidia, tanto de mañana como de tarde.

Enjuiciaba el comportamiento de cada toro y la labor del torero de la forma siguiente: “Picaron los seis toros de la mañana Juan López y Alfonso García

Colmillo. El primer toro fue de la vacada de don José Gijón, de Villarrubia de los Ojos del Guadiana: entró catorce (veces) a varas y diez (veces) a banderillas, no hirió caballos, y lo mató Pedro Romero a la primera estocada».

Por la tarde: “Picaron a los cinco primeros toros Manuel Cañete y Miguel Pérez…El segundo (toro) fue de Colmenar Viejo, entró a 18 varas y a 10 banderillas; mató dos caballos a segunda y duodécima vara: hirió otros dos; lo mató José Romero a la primera estocada; saltó este toro la barrera cuatro veces”.

 

Y despide la crónica de la siguiente manera: “Si agrada al público esta relación que he hecho con el mayor cuidado, la repetiré en las funciones que faltan de este año, con más anticipación. De V. V. su constante suscriptor y apasionado. Firma: Un curioso.

Qué agradó la revista al público es evidente, puesto que en los Diarios del 9 y 10 de julio se insertó la reseña de la quinta corrida. Pero no tardó en salirle un contrincante a Un curioso , pues en el Diario de Madrid correspondiente al 30 de julio aparece una reseña firmada por Juan de Marras, con la advertencia : “por si gustan preferirlo a la relación del señor Curioso por lo breve». Debió entender el Diario y el público que eran mejores las reseñas de Un curioso, ya que todas las demás revistas de la temporada las volvió a firmar, hasta que una enfermedad transitoria le postró en la cama, durante este tiempo, otro aficionado se hizo cargo de las crónicas firmando como “Un aficionado amigo suyo».

La primera publicación dedicada exclusivamente a los toros -solo salieron a la luz doce números, según el bibliófilo Luís Carmena-, Estado que manifiesta las particularidades de esta corrida, apareció en Madrid en el año 1819. Era un folleto de dos hojas en 4.° mayor. Se publicaba al día siguiente de la celebración de la corrida y se limitaba de relacionar de forma estadística todas las suertes, siendo precursora de una lista indeterminada de revistas especializadas, por lo que debemos considerar a Un curioso el pionero de las crónicas taurinas y al Diario de Madrid la primera publicación periódica en reseñar una corrida de toros.

                                           LA HISTORIA.-

La Fiesta de los Toros tiene su presencia documentada en España desde el siglo XVI, y aunque las amenazas de prohibición han sido constantes a lo largo de la Historia –cobrando especial vigencia durante los últimos años- la Tauromaquia ha llegado hasta nuestros días, conservando además, una presencia regular en los medios de comunicación.

Dicen los libros que entre los siglos XVI y XVIII, a medida que el espectáculo taurino evoluciona, la lidia se regula y surgen los primeros Tratados del arte de torear…A pesar de que ya por entonces, la actividad taurina es un fenómeno muy popular, o precisamente por ello, a la Fiesta no le faltaron ataques de publicaciones periódicas de corte ilustrado -como El Pensador, El Corresponsal del Censor, La Espigadera o incluso las “Cartas Marruecas» aparecidas en el Diario de Madrid – actitudes críticas contra la Fiesta.

La consolidación de la “revista de toros» durante la segunda mitad del siglo XIX hace que la información taurina se habrá paso en los periódicos diarios de

manera regular. La corrida como espectáculo y la profesionalización de la actividad taurina son procesos paralelos a la Revolución Industrial.


 

El afianzamiento de la corrida a pie y la consecuente proyección del torero como héroe popular y literario propician la creación de las publicaciones especializadas dedicadas exclusivamente al “planeta de los toros». La precursora de éstas ve la luz en Madrid 1819 con el título: “Estado que manifiesta las peculiaridades ocurridas en esta corrida”. Pero hasta mediados de siglo no hubo una prensa específicamente taurina regularizada como fueron: La Tauromaquia, Las Cartas Tauromáquicas, El Clarín o El Enano. Más importantes fueron El Mengue con su redactor exclusivo Mariané; El Tábano, El Toreo, que empezó como suplemento de La Correspondencia Teatral en 1874 y El Tío Jindama, que apareció en noviembre de 1879.

Coincidiendo con el apogeo de la prensa diaria, ya en el último tercio del siglo, el 2 de abril de 1882 nace la revista La Lidia que inmediatamente adquirió categoría literaria por la cuidada selección de sus redactores y colaboradores, además de distinguirse por la modernidad y excelencia de su presentación.

 

Algunos de los grandes nombres de periodismo taurino del pasado siglo son: Santos López Pelegrin “Abenamar», que fue redactor en El Mundo y en El Correo Nacional, Serafín Estébanez Calderón “El Solitario» que escribió jugosas crónicas taurinas entre 1839 y 1844 en El Correo Nacional y El Corresponsal; José de la Loma y Milego “Don Modesto», verdadero revolucionario de la crítica a la que consagró por entero su vida; Antonio Peña y Goñi, que escribió entre otras cabeceras en El Imparcial; y el zaragozano Mariano de Cavia “Sobaquillo», que hizo lo propio en El Liberal.

El siglo XX fue la edad de oro del periodismo impreso español en un momento de plenitud de la Fiesta, coincidente en el fecundo primer tercio del citado siglo, con la rivalidad de Joselito y Belmonte en los ruedos.

Tras la muerte de Peña y Goñi en 1896, La Lidia comienza su decadencia y la mayor parte de sus colaboradores pasan a otra gran revista, Sol y Sombra que en 1920 tenía una tirada aproximada de 3000 ejemplares. Otras revistas destacadas eran Don Jacinto taurino, La Corrida o El Eco taurino (que llegó a tener una tirada de 8000 ejemplares).

Gregorio Corrochano y César Jalón “Clarito” cronistas de Abc y The Kon Leche respectivamente, son referentes del periodismo taurino de esta época en la prensa informativa. El primero sucede a Manuel Serrano García Vao “Dulzuras» al frente de la cabecera fundada por Lucas de Tena fiel en su atención al mundo taurino desde su nacimiento. Por su parte, quien fuera ministro de Comunicaciones y redactor de El Liberal escribirá finalizada la guerra civil en Informaciones las crónicas de toros de “Las Ventas”, inaugurada en 1931.

Durante la dictadura de Primo de Rivera – una época en la que no hay ninguna novedad en el ritmo de publicación de las revistas taurinas especializadas o en el eco de la actualidad taurina en la prensa informativa- se produce un hito digno de ser resaltado. Una de las primeras retransmisiones radiofónicas que se realizan desde el exterior es concretamente la de una corrida que se celebra en la plaza Vieja de Madrid, el 8 de octubre de 1925, en la que participa Juan Belmonte.


 

El 15 de mayo de 1896 tan solo seis meses después del nacimiento del cinematógrafo, un operador rodaba en la Plaza de Madrid una película, de apenas un minuto de duración, titulada: “Llegada de los toreros a la plaza». La cinta describía exactamente el momento de esa llegada de los matadores al recinto taurino en coche de caballos, pero sin mostrar ninguna escena de la lidia.

Dos años más tarde se produjo el primer intento de filmar el toreo. “Gran corrida de toros» era el título del film protagonizado por el torero Luís Mazzantini.

Se proyectó en el Teatro Principal de Jerez de la Frontera el 27 de diciembre de 1898. Ese mismo año, los operadores de Lumiėre incluyeron en su catálogo doce títulos alusivos a la fiesta taurina, de los treinta y siete que se rodaron ese año en España bajo el título general de “Courses de Taureaux”. Por primera vez se lograban capturar imágenes en movimiento de una corrida completa.

Al igual que sucedió en todos los órdenes de la vida, la guerra civil truncó la suerte de muchas publicaciones taurinas especializadas pero la información de los pocos festejos que se celebraron en uno y otro bando fue recogida por los periódicos. Finalizada la guerra, el panorama periodístico madrileño era radicalmente distinto a los años anteriores. Carlos Lara “Curro Meloja» hace verdadera información taurina en la radio española con su programa nocturno “Tauromaquia, revista radiofónico-taurina». “Clarito”, Gregorio Corrochano, “Don Ventura”, “R. Capdevila», ”Selipe», “K-Hito» o Díaz Cañabate son los protagonistas de la prensa escrita. En 1944 y de manos de Manuel Fernández Cuesta nace una publicación que hasta su desaparición en 1977, llena toda una época de toros, El Ruedo. Otra gran revista que alberga, información taurina en este periodo es el semanario Dígame.

 

 

Naturalmente, como primer espectáculo de masas del país, los toros también están presentes en No-Do y gracias a su información de numeroso contenido taurino, los españoles de aquella época pudieron apreciar las tauromaquia y conocer los éxitos de las figuras en las principales ferias de España México durante décadas, con el hándicap de su incapacidad para mostrar a los espectadores el resultado de los festejos en tiempo real. Las retransmisiones en directo que pocos años después posibilitaría la televisión supondrá un enorme salto cualitativo en ese sentido. La primera de ellas se produce en el tiempo de emisiones experimentales del nuevo medio en España y es que, al igual que sucede con la radio, los primeros pasos la televisión en nuestro país están ligados a la Fiesta de los Toros.

Unos días después se realiza un exitoso experimento de Philip en la XVI Feria Oficial e Industrial de Muestras que tiene lugar en Barcelona entre el 10 al 29 de junio de 1948. Radio Corporatión of América intenta abordar la primera prueba de transmisión de un evento al aire libre, y para dicha prueba acuerdan transmitir la corrida de toros prevista para el día 8 de agosto en la plaza de Vista Alegre.


 

Durante los primeros años, los encargados de informar y comentar las imágenes televisivas son periodistas audiovisuales y de la prensa escrita. Matías Prat Cañete, Rafael Campos de España y Manuel Lozano Sevilla entre otros, se encargan de la información taurina en RNE y TVE.

La revolución de Manuel Benítez “El Cordobés» es paralela a la que experimenta el medio televisivo en los años sesenta. La muerte de Franco y la transición democrática coinciden con una etapa de crisis para la Fiesta. En 1977 desaparece El Ruedo pero un año antes ve la luz en Valencia la revista Aplausos, decana de la prensa taurina especializada actual. José Luís Suárez Guanes, Joaquín Jesús Gordillo y Luís García son los periodistas que la impulsan. En el panorama de la prensa surgen nuevos valores que revolucionan la crítica. Vicente Zabala, Carlos de Rojas, Alfonso Navalón, Manuel Molés, Mariví Romero, Joaquín Vidal o “Barquerito » son algunos de los nombres que vienen a regenerar el periodismo taurino y asentarlo en nuevos diarios como El País o Diario 16.

Por último, lamentar que la información taurina que se daba en programas de radio como: “Clarín” (RNE), ”Los Toros» (Cadena SER), “El Albero» (COPE), o “Carrusel Taurino” (Canal Sur Radio) solo queda en la parrilla de información este último. En lo concerniente al medio televisivo, TVE decidió poner punto final a las retransmisiones taurinas al término de la temporada 2006. Desde entonces, los toros no se asoman a los informativos de esta cadena, pero sí mantienen en parrilla de la 2, el programa especializado, “Tendido Cero». En contra de la escasa atención que el ente público dedica a la Tauromaquia, las cadenas autonómicas ofrecen información de forma regular aunque, en líneas generales, su cobertura se limitan al ámbito local: Telemadrid, Castilla La Mancha Televisión o Canal Sur con “Toros para Todos”, son algunos ejemplos. En cuanto a las cadenas privadas –a excepción de Movistar que ofrece a sus abonados una extraordinaria cobertura de las principales ferias y programas de original formato como -“68 pasos» o “El Kikirikí”- solo se acercan a la Fiesta en momentos puntuales. Pocos recordamos la febril atención que dispensaron al mundo del toro Antena3 y Telecinco.

No obstante, la información y crónicas recogidas en los periódicos son un factor del que no puede prescindirse para conocer el estado actual de la Fiesta.

 

Antonio Rodríguez Salido.-

Compositor y letrista.- 

Escalera del Éxito 176.-