Los hermanos Dominguín, en su presentación en Lisboa en 1936, de izquierda a derecha: Pepe, Luis Miguel y Domingo, respectivamente con 14, 9 y 16 años. 

Los “Dominguines” en Córdoba.-

Los tres hermanos “Dominguín”, que realmente se apellidaban González Lucas, se presentaron en la plaza de toros de Los Tejares de Córdoba, el mismo año en que finalizó la Guerra Civil española, o sea en 1939, el martes día 25 de julio, fiesta de Santiago patrón de España, en una novillada nocturna, en la que los dos mayores, Domingo y Pepe, se las entendieron con cuatro utreros de encaste Contreras, lidiados con el hierro de Nemesio Villarroel, y Luis Miguel, que sólo contaba con doce años de edad, lidió un eral de la misma ganadería.

El éxito que tuvieron fue tan rotundo, que cuatro días más tarde, el sábado 29 del mismo mes, repitieron en un festejo, también nocturno, esta vez con ganado del Marqués de Antillón (ver nota nº 1). 

Y sin solución de continuidad, pues entremedias no hubo ningún otro festejo taurino en el coso de Los Tejares, volvieron a actuar los tres hermanos González Lucas “Dominguín”, el domingo 10 de septiembre de ese mismo año de 1939, en esta ocasión con ganado del Marqués de Albaserrada (Ver nota nº 2). 

Este festejo estuvo organizado por la Asociación de la Prensa de Córdoba que, la noche de la víspera, invitó a los actuantes a una cena en la popular taberna de “Huevos fritos” en San Lorenzo, a la que asistieron muchos periodistas de la citada asociación, además del clan “Dominguín” al que acompañaba su íntimo amigo, también vinculado con la Asociación de la Prensa, Paco Melguizo. El que no acudió fue Luis Miguel, que aún era un niño de corta edad y se quedó descansando en el Hotel Victoria, junto con los demás componentes de las cuadrillas.

 

Cena en casa “Huevos fritos” de San Lorenzo, la víspera de la tercera novillada en Córdoba de los hermanos “Dominguín”. Señalados: 1 Domingo Dominguín padre; 2 Domingo hijo; 3 Pepe Dominguín; 4 El amigo íntimo de ellos, Paco Melguizo. El resto de asistentes son los periodistas componentes de la Asociación de la Prensa, organizadora del festejo, entre los que distinguimos a Rafael Gago, José Luis Sánchez Garrido, Manuel Enríquez Romá, Francisco Quesada, Eduardo Baro, presidente de la Asociación de la Prensa, etc. 

La relevancia que tuvo el tercer festejo.- 

Esa novillada del 10 de septiembre tuvo al menos dos aspectos de notable interés.

El primero fue que en este festejo se estrenó por la, hoy lamentablemente desaparecida, Banda Municipal de Córdoba, un pasodoble que con el título de “Los chicos de Dominguín” habían compuesto los maestros Serrano Lucena y Gámez Laserna (ver nota nº 2), a propuesta e iniciativa de Paco Melguizo, quien mantenía una estrecha amistad tanto con la familia Dominguín, especialmente con Dominguito hijo, como con los dos maestros compositores.

 

Los maestros compositores Don Luis Serrano Lucena, cordobés, y Don Pedro Gámez Laserna, jienense, autores del pasodoble “Los chicos de Dominguín”. 

Otro aspecto de notable interés, es que a dicho festejo asistió, como invitado especial, el mismísimo Rafael Guerra Bejarano “Guerrita”, al que un jovencísimo Luis Miguel Dominguín, brindó su faena de muleta y muerte del eral.

Al término del festejo, correspondió al brindis el gran torero cordobés, invitando a su casa de la calle Góngora, a los tres hermanos actuantes y al padre de los mismos, el ex-matador, gran empresario y apoderado, Domingo González Mateos “Dominguín”, y algunas otras personas cercanas a los jóvenes toreros.

Allí, en su casa, el Segundo Califa cordobés de la torería, además de resaltar las condiciones innatas de Luis Miguel y de predecir su futuro como figura de la tauromaquia, le correspondió, como agradecimiento por el brindis que le  había hecho, regalándole un “dije de oro” con una inscripción que decía: “1895. La Asociación de la Prensa de Madrid a Rafael Guerra «Guerrita»”. 

Dicho “dije”, que era una joya valorada y apreciada por “Guerrita”, prometió Luis Miguel conservarlo de por vida, promesa que cumplió –según me contaron José María Montilla y Rafael Sánchez González, que mantuvieron relación con el gran Luis Miguel hasta poco antes de su muerte– y, se supone, que dicho “dije de oro”, debe estar en poder de Rosario Primo de Rivera, la viuda de Luis Miguel, o de alguno de sus tres hijos, Lucía, Miguel o Paola. 

Precisamente en la casa de “Guerrita”, Don Luis Serrano y Don Pedro Gámez, hicieron entrega de la partitura original del mencionado pasodoble, al padre de los tres toreros actuantes, que se la llevó a Madrid.

Y nunca más volvió a aparecer. 

Las copias de la partitura que habían sido utilizadas en los ensayos y actuación de la Banda Municipal de Córdoba en la plaza de Los Tejares, se supone que habían quedado archivadas en las dependencias de la Banda, cuya dirección la ocupaba, interinamente, Don Daniel Bares Serrano quien, precisamente por ser interino, no debió poner mucho empeño en la conservación y custodia de algunos papeles y documentos. Lo cierto es que cuando en 1944 tomó posesión como director titular de la Banda el recordado Don Dámaso Torres García, las copias de la partitura del pasodoble “Los chicos de Dominguín” ya no existían, razón por la que nunca más se volvió a  interpretar dicho pasodoble en la plaza de toros cordobesa.

Pero es que algo parecido debió pasar con la copia original entregada al padre de los toreros, ya que, pasados los años, Paco Melguizo volvió a preguntar a sus amigos los Dominguín por dicha partitura y la respuesta fue que ninguno sabía nada de la existencia de tales papeles.

Don Luis Serrano Lucena, desgraciadamente falleció muy poco tiempo después, concretamente en 1942, no sin antes dejar todo un ejemplo de categoría profesional con sus interpretaciones como concertista, como catedrático y director del Conservatorio y, muy especialmente, como compositor y director de orquesta y coros, siendo el creador de la Capilla Musical de la hermandad de la Misericordia, que llegó a contar con más de cien integrantes, y para la que dejo escritas obras musicales memorables.

 

Actuación del la Capilla Musical de la Hermandad de la Misericordia –que creara Luis Serrano Lucena–, bajo la dirección del maestro Jiménez Román, el 11 de mayo de 1951 en Priego de Córdoba.

Todos los méritos acumulados por el maestro Serrano Lucena, le hicieron acreedor al reconocimiento de su ciudad,  que el Ayuntamiento cordobés hizo realidad rotulando una calle con su nombre.

 

Inauguración de la calle dedicada al Compositor Serrano Lucena, en el centro de la barriada de la Fuensanta, el día 18 de febrero de 1968, por el alcalde Antonio Guzmán Reina, con asistencia de la viuda del insigne músico, de Joaquín Reyes, Director del Conservatorio, y de Paco Melguizo. 

Sin embargo, entre las composiciones musicales existentes en el archivo personal del Maestro Serrano Lucena –que actualmente forma parte del gran archivo documental de la Hermandad de la Misericordia de Córdoba–, no apareció ninguna copia del pasodoble “Los chicos de Dominguín”. 

Por último, el otro compositor del citado pasodoble, el maestro Gámez Laserna, se ausentó de Córdoba por razones profesionales, al ser destinado a Sevilla como director de la Banda del Regimiento Soria nº 9. En el momento en que se marchó hacia la capital bética, ni en la Sociedad General de Autores, ni en la Propiedad Intelectual, había quedado registro de la autoría del mencionado pasodoble aunque,  posiblemente, en su archivo personal podría haber alguna copia de la partitura del mismo.

El reestreno del pasodoble “Los chicos de Dominguín” 

En el año 1976 quedó vacante la Jefatura Regional de Telecomunicaciones de Sevilla, y Paco Melguizo, que llevaba cinco años en similar puesto en Zaragoza, solicitó la plaza vacante, que le permitía volver, si no a su Córdoba natal, si a Andalucía y a bastantes menos kilómetros de su tierra de origen.

En Sevilla seguía viviendo el maestro Gámez Laserna, jubilado desde 1967 de sus funciones como Director de la Banda del Regimiento Soria nº 9, y dedicado a su gran vocación de compositor, faceta en la que destacó dejando un amplio número de hermosas composiciones, especialmente de marchas procesionales.

Pedro Gámez y Paco Melguizo, volvieron a contactar y a compartir asiduas tertulias, en las que el “leitmotiv” era la música y la Semana Santa. Tertulia a la que también asistían otras personalidades como los maestros José Albero Francés, director de la Banda de Música Municipal de Sevilla y Pedro Morales Muñoz, sucesor de Gámez Laserna como comandante director de la Banda del Regimiento Soria

 Corría el año 1978, y en una de esas tertulias, Paco Melguizo le preguntó a Pedro Gámez por el mencionado pasodoble que hacía cuarenta años había compuesto junto a Don Luis Serrano. El gran músico militar dijo que, por desgracia, se había perdido para los restos, porque no tuvo la  precaución de guardar copia ni de registrarla en Autores ni en la Propiedad Intelectual, a lo que Paco Melguizo le respondió: “Pues yo si guardo una copia… en mi cabeza”. 

Y gracias a la prodigiosa memoria musical de Paco Melguizo, el maestro Gámez Laserna pudo reescribir la partitura del pasodoble “Los chicos de Dominguín”, que fue reestrenado el sábado 14 de octubre de 1978 por la Banda Municipal de Sevilla, bajo la dirección del maestro José Albero Francés, en el concierto que ese día ofreció en el Patio de los Naranjos de la Catedral hispalense.

 

Programa del concierto ofrecido por la Banda Municipal de Música de Sevilla, el sábado14 de octubre de 1978, con el reestreno del pasodoble “Los chicos de Dominguín” (aunque erróneamente aparece titulado como “Los Dominguín”) de Serrano y Gámez

Parece imposible, pero es cierto, que habiendo escuchado el pasodoble solamente en un par de ensayos de la banda Municipal de Córdoba, previos al festejo del 10 de  septiembre de 1939, ocho lustros más tarde, Paco Melguizo pudiera conservar en su memoria toda la parte melódica de la composición, sin haberla vuelto a escuchar…, pero así fue.

 

Ampliación del texto que aparece al pie del programa del concierto antes mencionado (erróneamente dice que fue estrenado el 3 de septiembre de 1939, pero la fecha real fue el 10 de dicho mes y año)

 

Foto en la que aparecen los tres protagonistas del reestreno del pasodoble “Los chicos de Dominguín”: Paco Melguizo, que conservó en su memoria dicha obra durante casi 40 años; José Albero, director de la Banda Municipal de Sevilla que la reestrenó; y Pedro Gámez, autor junto a Luis Serrano, que pudo reescribir la partitura.

NOTAS.- 

Nota nº 1.- La novillada nocturna del día 29 de julio de 1939 se anunció con ganado de “el Marqués de Antillón”, pero debió ser un error, porque la ganadería inscrita en la Unión de Criadores de Toros de Lidia, figuraba a nombre de D. Antonio Pérez de Herrasti y Orellana Conde de Antillón (que no Marqués), ganadería que reses que tenía tres procedencias: Contreras, Vistahermosa y Picavea de Lesaca. Durante la Guerra Civil quedó esquilmada y en 1937, el Conde vendió el hierro, la divisa y señal junto con el poco ganado existente, a condición de que se continuara lidiando a su nombre. Posteriormente, a mediados de 1940, solamente el hierro, divisa y señal, sin semilla, pasó a manos de Javier Moreno de la Cova que, con ganado de sus padres Don Félix Moreno Ardanuy y Doña Enriqueta de la Cova Ruiz, mantuvo la ganadería hasta su muerte. Sus herederos vendieron todas las vacas y machos y solamente han conservado el hierro que utilizan para marcar ganado vacuno manso y caballar. 

Nota nº 2.- La ganadería del Marqués de Albaserrada en 1939, ya no estaba formada por ganado del encaste propio, que desde 1920 había sido vendido a José Bueno, de donde proceden las actuales ganaderías de Victorino y Adolfo Martín, poseedoras del verdadero encaste Albaserrada. El  ganado del hierro Albaserrada en 1939 tenía su origen en la ganadería de Trespalaciós vía Matías Sánchez Cobaleda, a la que su hijo Ángel Sánchez y Sánchez, agregó cincuenta vacas y dos sementales de encaste Murube, procedentes del hierro de Carmen de Federico. 

Nota nº 3.- Don Luis Serrano Lucena, nació en Córdoba en 1891. Cursó estudios musicales en Madrid y en París. Desarrollo una corta pero brillante etapa como concertista  de piano, regresando a Córdoba como profesor del Conservatorio Superior, del que llegó a ser Director. Fue igualmente Director del Real Centro Filarmónico “Eduardo Lucena” y Director-Fundador de la Capilla Musical de la hermandad del Cristo de la Misericordia. Compuso múltiples partituras de música sinfónica, coral y eclesiástica y, desgraciadamente, falleció en Córdoba a la temprana edad de 51 años, el 1 de noviembre de 1942. Don Pedro Gámez Laserna, era natural del pueblo jienense de Jódar, donde nació el 18 de marzo de 1907. Inició su carrera musical y militar muy joven en el Regimiento de la Reina nº 2 de Córdoba como miembro de su banda de música. En 1943, ingresó por oposición en el Cuerpo de Directores Músicos del Ejército, siendo su primer destino el mismo regimiento en Córdoba, que había pasado a llamarse Lepanto nº 2. En 1957 fue destinado a la banda del Regimiento Soria nº 9 de Sevilla, donde se jubiló, falleciendo en la ciudad hispalense el día de Navidad de 1987. Es autor de numerosas obras de carácter militar, sinfónicas, religiosas y marchas procesionales tanto para Córdoba como para Sevilla. 

 

BIBLIOGRAFÍA.- 

– El toreo en Córdoba

De José Luis de Córdoba

Editorial Nebrija – 1980

– Córdoba en la historia del toreo

De José Luis de Córdoba

Publicaciones del Monte de Piedad y caja de Ahorros de

Córdoba (2ª edición) – 1989

– Artículo: “Los chicos de Dominguín”

De José Luis Sánchez Garrido

Periódico “Córdoba” de 15 de julio de 2003

– Artículo: “Música, cofradías y toros: de la obra perdida de

Gámez Laserna y Serrano Lucena que Melguizo memorizó”

De Álvaro Rodríguez del Moral

ABC de Sevilla de 8 de marzo de 2021

– Archivo personal del autor de este escrito.

Recopilación documental y textos de 

Cayetano Melguizo Gómez 

Cabanillas del Campo a 25 de febrero de 2022

Jose Luis Cuevas

Montaje y Editor

Escalera del Éxito 254