Se lidiaron seis ejemplares de la ganadería de Los Encinos, que dieron buen juego en general, lo mismo que los otros dos procedentes del hato de Campo Real.

 

El poblano Alfonso Mateos estuvo desenvuelto y dispuesto pero falló con la espada. En su primero, de Campo Real, tuvo silencio y en su segundo se hizo aplaudir.

 

El queretano Santiago Fausto, de igual manera se le vio empeñoso y torero pero no acertó con la espada por lo que en uno fue silenciado y en el otro escuchó palmas de aliento.

 

En tanto, el tlaxcalteca Sergio Flores derrochó oficio y buen quehacer, sin embargo, no anduvo acertado con el acero, sólo se le aplaudió en su lote.

 

Y el ecuatoriano Juan Francisco Almeida, luego de tener silencio en el primero de sus ejemplares, que fue de Campo Real, a su segundo, el mejor astado de todo el encierro, le hizo faena lucida, lo mató bien y terminó por cortarle un apéndice.

 

 

 

 

 

 

 

 

                           Reseña de Carlos Reyes Pazmiño