La exposición “Lagartijo y su época” fue inaugurada ayer en el Museo Taurino por el alcalde de Córdoba, José Antonio Nieto, quien estuvo acompañado en la presentación por el teniente de alcalde de Cultura, Juan Miguel Moreno, la Delegada de Servicios Sociales, María Jesús Botella,  y la directora de los Museos Municipales y Escalera del Éxito 120, Mercedes Valverde.

En su discurso el alcalde destacó el papel protagonista que Córdoba ha tenido en la historia del toreo  “Hemos sido capital del mundo taurino en distintas ocasiones. Y la primera vez que lo conseguimos fue de la mano de los éxitos de Lagartijo que lo hicieron acreedor del apelativo de Califa de mano de Mariano de Cavia.” Nieto reafirmó, así, su apuesta por lo taurino y describió el museo como un proyecto abierto “Tenemos el compromiso de que el museo vaya creciendo y ordenándose según las demandas de los aficionados y los visitantes. Por eso  hemos buscado  en el patrimonio del museo y ahora exponemos este material que se debe conocer y disfrutar.”

En la exposición, que se podrá visitar hasta el 20 de septiembre, podemos ver dibujos, pinturas, esculturas del diestro, como el retrato que le hiciera Julio Romero de Torres o los bustos de Mateo Inurria.  Cartelería, como el de su alternativa o el de su despedida en Madrid, de dos metros y medio de altura y confeccionado en seda. Objetos que pertenecieron al diestro como su mesa de despacho, algunos de sus estoques, entre los que destaca el que le regalara su compañero El Tato, que tiene grabada una sentida dedicatoria. También la túnica que le regaló Lagartijo a Jesús Caído cuando fue hermano mayor de la Hermandad, confeccionada en 1884. O las cabezas disecadas de dos de los toros que estoqueó el diestro. En definitiva un recorrido por su tauromaquia a lo largo de sus distintas etapas: novillero, torero y ganadero. Pero con un discurso fácil y coherente, apto para no iniciados.

La directora de los Museos Municipales, Mercedes Valverde, destacó que la mayoría de las piezas expuestas fueron donadas por el hijo de Julio Romero de Torres, ya que su padre poseía una gran colección de artículos del diestro la cual guardaba con celo en el Palacio Longoria de Madrid, donde tenía su estudio.