4 juli.jpgDSC03926.JPGJulián López «El Juli» recibió a «Hechicero», número 615 y 807 kg. de peso, con verónicas que de inmediato levantaron los «oles» en los tendidos. Condujo al toro hacia los picadores, por chicuelinas andantes  y antes de iniciar su faena, dio hermosos quites por chicuelinas cuyas palmas no se hicieron esperar en los más de 30 mil aficionados que se dieron cita en el coso de Insurgentes. Con la muleta, empezó por pases en largo a pies juntos, aprovechando la embestida del de Bernardo de Quirós. El madrileño llevó al astado de menos a más, logró someterlo y provocarle la embestida por ambos lados, despertando la ovación del público asistente y no se hicieron esperar los sombreros de charro de don Manolo Rodríguez en el ruedo, aficionado que tiene muchos años con su apartado en barrera de sol sobre la puerta de toriles. «El Juli» estuvo siempre sobre las condiciones del burel, transmitiendo, toreando con hondura y la maestría con la que él sabe concebir el toreo. Cuando cambió el ayudado por el estoque, los aficionados le estaban aplaudiendo de pie. Julián mató con una magnánima estocada entera, que junto a la labor realizada le valió dos merecidas orejas. El cuarto de la tarde fue «Vinillo», con 540 kilos de peso y registrado con el 5 macias.jpgnúmero 148, negro zaino que tuvo salida en recto. El de Velilla de San Antonio lo recibió por verónicas cargando la suerte, con gusto e imprimiéndole ese tan personal estilo. Quiso meterlo en faena probando por ambos lados pero el astado se quedaba casi parado y en otras tantas caía. Mató con muy buena estocada que le mereció una entregada ovación por parte del público que llenó toda la sección numerada de la México.

DSC03956.JPGEl hidrocálido Arturo Macías «El Cejas» sigue imparable, salió dispuesto a dar una réplica al maestro madrileño tras haber cortado dos apéndices. Recibió a «Destino», número 657 y reseñado con un peso de 510 kilos, con ganas y mucha decisión, dispuesto a afrontar su destino y no dejarse ganar la pelea. Estuvo variado en los quites como ya es costumbre, poniendo de pie a la concurrencia con sus lances por gaoneras. Sobrepasó las condiciones de un toro quedado que en una ocasión lo dejó desarmado y el incesante viento que no dejaba de molestarlo, con gran DSC04005.JPGseguridad y valor arrancó una faena con su sello peculiar en un palmo de terreno. Procuró más los derechazos y los naturales que en ocasiones anteriores, pero siempre se inclinó más por pases de adorno y de recurso que por el toreo clásico. En lo que se perfilaba como la tarde de las grandes estocadas, Macías hizo lo propio dejando todo el acero en buen sitio tras una tanda por manoletinas, siendo merecedor de dos orejas.  Con «Caramelo» de 485 kilos y número 636, el aguascalentense dio bonitos lances por saltilleras. En su labor muleteril logró arrancarle pases a un toro que se caía, buscó agradar con pases de adornos pero el de Bernaldo de Quirós no transmitía. Estuvo voluntarioso, muy seguro de sí mismo y con el incondicional apoyo de la afición capitalina. Tras haber pinchado, logró una buena estocada pero las condiciones del toro no le permitieron consolidar su triunfo y se retiró escuchando palmas. Haciendo un recuento, esta es la séptima ocasión que Macías sale a hombros de la México, lleva cortadas 16 orejas y un rabo, algo que pocos matadores han podido realizar.

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Confirmó la alternativa el también hidrocálido Mario Aguilar, quien como novillero había dejado muy buen sabor de boca en esta plaza, con el toro colorado de nombre «Tamarindo», número 77 y peso de 490 kg. Recibió al descastado y deslucido ejemplar toreando a la verónica. Ante las inclemencias del viento, Aguilar tuvo una meritoria labor una vez que le encontró la distancia al astado. Dio derechazos con temple y buen gusto ganándose el agrado de los aficionados. Por izquierda no logró cuajar y optó por la variedad con la muleta. Mató de estocada caída y el público lo premió con saludos en los tercios.

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Cerró plaza con «Merengue», número 633 y peso de 528 kg., justo cuando el frío de invierno ya se dejaba sentir en el festejo que ha registrado la mejor entrada de la temporada. Mario aguantó las embestidas de un toro que se tornó violento e hizo faena predominando los pases por derecha dejando ver largueza y temple por momentos. Pudo haber cortado la oreja de no haber fallado con la espada. Escuchó palmas por parte de la gente que se dio cita.

 La monumental plaza de toros «México» celebrará su LXIV Aniversario este viernes 5 de febrero en punto de las 7 de la noche (hora de la Ciudad de México), con un mano a mano del francés Sebastián Castella y el tlaxcalteca Rafael Ortega, lidiando un encierro de la ganadería queretana de Los Encinos. ¡Que Dios reparta suerte para todos!

 

 

 

12201011409~12650136111090.jpg    Crónica de Paulina Romero Barrientos                                                                                              Fotografías de Gonzalo López  12201011409~12650136111090.jpg