Luis Miguel Encabo estuvo francamente bien con el primero de su lote, un ejemplar que prometió poco de salida pero al que el buen oficio del alcalaino hizo ir a más. Templado y seguro, Encabo le toreó con temple, gusto y ritmo en varias series de muletazos largos y hondos. Tras una estocada hubo petición de oreja que el presidente no concedió, dando el diestro una vuelta al ruedo. Ante el cuarto, deslucido y complicado, de nuevo se mostró solvente y por encima de su rival.
El mexicano Alejandro Amaya cumplió el trámite con voluntad y cierta frialdad, sin llegar a meterse del todo con sus toros, aunque obviamente los del Conde de la Maza no eran de triunfo ni mucho menos. Amaya se desprendió de ellos tras dos labores largas y reiterativas. Con la espada no estuvo bien.
Confirmó su alternativa Javier Solís, voluntarioso a más no poder con el toro de la ceremonia, al que intentó torearen medio de un fuerte viento que le molestó en todo momento. En muy contadas ocasiones logró estirarse en pases con la mano derecha. El público, turistas en su mayoría le trató con muchísimo cariño y hasta pidió la oreja por una labor digna simplemente. Con el sexto, se limitó a cumplir el expediente. No cabía más.
FICHA DE LA CORRIDA
Plaza de toros de Las Ventas, domingo 22 de agosto de 2010
Toros del Conde de la Maza, bien presentados, serios y hondos. Reservón el primero, encastado el segundo, deslucido el tercero, complicado el cuarto, soso el quinto y difícil el sexto.
Pesos: 530, 575, 526, 532, 533 y 577 kilos.
Luis Miguel Encabo, de nazareno y oro: Vuelta tras petición y silencio
Alejandro Amaya, de gris plomo y oro: Silencio y silencio
Javier Solís, de tabaco y oro: Saludos tras leve petición y silencio tras aviso
Javier Solis confirmó la alternativa con el toro Fatuitono, número 14, castaño.
Solis fue atendido de herida por asta de toro en el primer dedo de la mano derecha. Pronóstico leve. El picador José Antonio Lozano sufrió la rotura de una muñeca al ser derribado.