Fuente: lostorosdanyquitan.com

En febrero de 1753, don Domingo de Trespalacios, protector de la Colegiata de Guadalupe, consiguió licencia del Virrey Conde de Revillagigedo, el primero, para organizar una temporada de corridas de toros, que se verificarían en la Plazuela de San Diego y cuyo producto debería de aplicarse, íntegro, a la fábrica de la Colegiata. La tarde del día 19 del referido mes de febrero, se llevó a efecto la primera corrida con toros que no fueron malos ni tampoco buenos; no así los del siguiente día, que fueron muy bravos, hiriendo a uno de los diestros, mortalmente, e infiriendo serias contusiones a otros toreadores. A la semana siguiente, prosiguieron las corridas con igual entusiasmo en los días del 25 al 28, habiéndose lidiado toros de gran tamaño y bravura, los que ocasionaron la muerte de un torero y graves heridas a otro diestro… (Fuente: Historia del Toreo en México de don Nicolás Rangel, basado en el diario de don José Manuel de Castro Santa Anna, Capítulo XXVII, Páginas 137 y 138)