La sede de la tertulia, el castizo restaurante “Casa Ciriaco” de la capital, fue testigo, el pasado 24 de septiembre, del homenaje que se tributó al ganadero de reses de lidia don Juan Pablo Jiménez Pasquau en la tradicional convocatoria del primer mes después de las vacaciones estivales.

Como suele ser habitual, el acto fue conducido por el Secretario de la Tertulia don Julián Agulla (Escalera del éxito nº 230), que, tras leer el acta de la sesión anterior, se dirigió al homenajeado para felicitarle y darle cuenta de una relación de amigos que no pudieron estar presentes pero que le enviaban su sincera enhorabuena; es el caso de los también ganaderos don Javier Sánchez Arjona (Escalera del éxito nº 68), que ese mismo día lidiaba una novillada en Algemesí o don Juan José Rueda, titular del hierro de Sotillo Gutiérrez, el encargado de logística don Vidal Pérez Herrero (Escalera del Éxito nº 96 y “Reconocimiento Un Romántico del Toreo Rafael Sánchez “Pipo”),  don Rafael Campos de España (Escalera del Éxito nº 236) y don Salvador Sánchez Marruedo (Presidente de la Fundación Escalera del Éxito y Escalera del Éxito nº 200).

Casi medio siglo como ganadero desde que, llevado de su afición, convenció a su padre para comprar ganado de lidia. Así, entró a formar parte de la Unión de Criadores de Toros de Lidia en 1971 cuando compraron la vacada a don primitivo Valdeolivas. Posteriormente ampliaron la ganadería con ganado de “El Torreón”, Algarra y “Jandilla” para seguir la línea de don Juan Pedro Domecq y Díez. El ganado pasta en fincas de Guarromán y Vilches en la provincia de Jaén y se anuncia en los carteles con los apellidos del propietario: “JIMÉNEZ PASQUAU”. La antigüedad, con divisa amarilla y blanca, la adquirió en Madrid el 27 de abril de 1975 lidiando una novillada que estoquearon Antonio Guerra, José Lara y Eladio Peralvo.

Fue elegido Presidente de la citada Unión de Criadores, cargo que desempeñó desde el año 1998 hasta 2002, siendo el décimo presidente de la prestigiosa asociación ganadera.

Profundo conocedor del campo y de la ganadería don Juan Pablo es, además, un excelente y ameno conversador como se pudo comprobar en las charlas que mantuvo con los tertulianos en el homenaje.

Una trayectoria que ha motivado a los componentes de la “Tertulia de Amigos del Conde de Colombí” a dedicarle un merecido homenaje al que acudió acompañado de su distinguida esposa Carmen.

Entre los asistentes, cabe destacar la presencia de don Manuel Lozano, del  vicepresidente de la Tertulia don Agustín Marañón Richi, (Escalera del Éxito nº 67), del presidente de Los Cabales don Juan Sáez de Retana (Reconocimiento Un Romántico del Toreo Rafael Sánchez “Pipo”) acompañado de su hija doña María del Carmen Sáez de Retana Lladó (Escalera del Éxito nº 238), el representante de las Culturas Taurinas don François Zumbiehl, don Ladislao Rubio Borox, famoso picador de la saga de los “Mozo”, el que fuera ganadero don Jaime Brujó o el famoso restaurador de Aranjuez don Pablo Guzmán.

A los postres, y después de las numerosas intervenciones, el presidente, don Felipe Díaz Murillo (Escalera del Éxito nº 112), tras glosar la trayectoria del homenajeado, le impuso el “Madroño de Albero” distintivo y emblema de la Tertulia de Amigos del Conde de Colombí”.

Don Juan Pablo se mostró emocionado y agradecido por el reconocimiento y verse rodeado de tantos amigos y alagado a la vez porque una Tertulia de tanto prestigio se hubiera fijado en “un humilde ganadero” para dedicarle un homenaje.

Para finalizar, el homenajeado firmó en el Libro de Honor de la Tertulia antes de posar con los asistentes en la “obligada” sesión fotográfica para el recuerdo.

 

Juan Pablo firma en el Libro de Honor de la Tertulia

Felipe impone el Madroño de Albero a Juan Pablo Jiménez Pasquau

Valentina Molina, Juan Pablo Jiménez Pasquau y Juan Sáez de Retana (presidente de Los Cabales)

Juan Pablo se dirige a los asistentes

Felipe Díaz Murillo glosa la figura del ganadero homenajeado

La mesa de presidencia, Carmen esposa de Juan Pablo Jiménez Pasquau, el presidente de la Tertulia Felipe Díaz Murillo y el homenajeado