Como ya es tradicional, en el florido y singular mayo cordobés, espectacularmente festivo como en ningún otro rincón del mundo, se inicia la llamada a su ferial ciclo taurino de Ntra. Sra. de la Salud con el Pregón Taurino. Es organizado por la Tertulia Taurina “El Castoreño” del Real Círculo de la Amistad de la ciudad califal.

Este año 2018, su XXIX edición, tuvo lugar el pasado 15 de mayo, y corrió a cargo de don Juan Lamarca López, hombre sobradamente conocido y estimado en todo el orbe taurino, pues, además de sus acreditadas cualidades profesionales, se unen las humanas y su excelencia como aficionado. Todas ellas han contribuido a que goce del cariño de una legión de amigos, a los que corresponde con el suyo, que tanto atesora su corazón grande.

Abrió el acto el presidente del Castoreño, José María Portillo Fabra, como es habitual, con el pasodoble “Manolete”, interpretado por la Agrupación Musical “Cristo del Amor”, pasando la palabra al presidente del Real Círculo de la Amistad, don Pedro López Castillejo

Lamarca, desde 1976, fue delegado del entonces presidente de “Las Ventas”, Juan del Río, durante más de siete años y, desde 1984 a 2004, ocupó el palco presidencial del citado coso, e incluso el de Vistalegre, en 2005. Atraído por la fiesta de los toros desde su niñez de su Úbeda natal, sigue vinculado a la misma como aficionado y abonado de la Monumental de Madrid y como fundador y presidente del Círculo Taurino Antonio Bienvenida; trabajador incansable como divulgador y defensor de los valores de la misma tanto en Europa como en América.

Como todos los años, el marco ha sido el Salón Liceo de aquella Real Casa donde, hasta el pasodoble “Manolete” suena con una profundidad especial.

Recordaba el público la espléndida intervención de Juan Lamarca el pasado año, como presentador del Pregón Monstruo dedicado al Centenario del nacimiento de “Manolete”, donde expresó su gran afecto a nuestra tierra y a los toreros cordobeses que intervinieron en aquel magno pregón homenaje al IV califa, por lo que su aparición en el estrado fue recibida con una clamorosa ovación.

Inició su pregón recordando aquellas visitas que, de pequeño, junto a otros chavales de su tierra, hacían a la barbería para ojear las revistas taurinas de su tiempo: Dígame o El Ruedo para admirar a los ídolos de entonces.

No olvidó sus años tempranos vividos también con su familia en Córdoba – tierra que desde entonces lleva en el alma – dijo.

La grandeza torera de Córdoba, no solo se debe al Califato – señaló – recordando a José María Martorell, al elenco torero de los sesenta: José María Montilla, Zurito, el Cordobés, el Puri, al Pireo y al que fue su apoderado Manuel Cano, a Fernando Tortosa y el Hencho, así como Chiquilín, Finito de Córdoba y José Luis Moreno, con pasajes vividos desde el palco de las Ventas, así como a nivel personal, pues – con casi todos ellos me une su amistad – resaltó. En diversas ocasiones, a sus palabras de emoción, respondió el público con cariñosos aplausos, lo que agradeció profundamente.

Ya en la recta final de su exposición, dedicó también sentido recuerdo a los tiempos complicados que sufre la fiesta de los toros, y elogió la importante aportación de la

afición americana, portuguesa y francesa, y la pasión con la que se vive en esos países, sin olvidar a la cantidad de grandes profesionales de aquellas tierras, que han contribuido y contribuyen a la grandeza de la tauromaquia.

Este Pregón Taurino 2018, también contó con un presentador de lujo: el matador de toros madrileño David Mora Jiménez, apoderado por nuestro paisano Antonio Tejero, nuestro más destacado subalterno de los últimos años.

Dedicó Mora al pregonero sus palabras de elogio, desde dentro, desde la amistad – nos dijo. “Se habla como se es; se torea como se es”, y así habló David: como el gran torero que es, con el corazón por delante, al hablar de su amigo Juan.

Amenizó la velada, como se ha dicho, la banda titular del Coso de los Califas: la Agrupación Musical “Cristo del Amor” quien, tras varias intervenciones, interpretaron finalmente, de pie, el Himno Nacional Español, alzándose todos los presentes de la misma guisa. Una despedida que a todos nos afloró un ¡Viva España! a los corazones.

Nuestra más sincera enhorabuena a la dirección del Real Círculo, y a José María Portillo Fabra, presidente de la Tertulia Taurina “El Castoreño”, porque sabemos lo que luchan cada año por mantener ese escalón de prestigio que merece el Pregón Taurino de Córdoba.

Domingo Echevarría

Fotos: José Luis Cuevas