Don Francisco Román Arévalo “Don Paco”

Empresario de Hostelería

Don Paco, como a él le gusta que le llamen, nace el 19 de marzo de 1925 en Jerez de la Frontera, Cádiz.

Jerezano de diez generaciones.

Su afición a la fiesta de los toros con seguridad proviene de su padre, ya que  fue un gran picador de toros conocido como “El Recobero”, quien actuó con las grandes figuras de su tiempo, entre otros los matadores de toros el “Niño del Matadero”, Miguel del Pino y Venturita Núñez “Venturita”.

Don Paco, con sólo 10 años comenzó a trabajar en el gremio de la hostelería.

Tuvo gran amistad con su compadre Luis Miguel Dominguin, padrino de su hijo Luis Miguel que falleció en un accidente de moto, y también siempre recuerda con mucho cariño, las veces que habló con su ídolo “Manolete”.

Llegó a Madrid en 1950, empezando a trabajar en el restaurante Alboroque de la calle Caballero de Gracia y después en el conocido bar el “Duende” en la calle Señores de Luzón, posteriormente estuvo en  los más destacados restaurantes de la época, entre otros: El Restaurante Jockey, Chicote, El Habra, Castellana Hilton, etc; por lo que tuvo la gran oportunidad de conocer durante toda su vida a las grandes figuras del cante flamenco y de los toros.

Actualmente quién no conoce el restaurante Don Paco que cumple este año 45 años situado también en la calle Caballero de Gracia.

Ha viajado durante toda su vida incluido Francia, teniendo la oportunidad, dada su profesión, y aunque lo volvamos a repetir, conocer a todas las grandes personalidades de actualidad.

Desde hace años nos viene hablando de otra de sus grandes ilusiones, porque Don Paco, los que tenemos la suerte de conocerle sabemos que es una persona cien por cien jovial, amigos de sus amigos y siempre tiene algo por realizar, en este caso se trata de un libro, de su libro, con un título sorprendente que nos lo diga él. Pero sí le pedimos que lo termine cuanto antes para poder disfrutar de las miles de anécdotas que en él nos puede contar.  Recibe las Escalera del Éxito nº 220 de manos del matador de toros Manuel Navarro y por Salvador Sánchez – Marruedo.