El bajón de temperaturas y un viento desapacible, fue premonitorio del resultado del primer festejo del abono. Interesante el juego de algunos novillos, muy justos de presentación eso sí, que brindaron una buena oportunidad a los toreros para triunfar a lo grande. Pero ya se sabe, estos novilleros de hoy muy técnicos y pulcros parecen que están ricos. Tienen poca ambición y lo que es peor, hasta pocas ganas de ser toreros. Obviamente alguno tiene sus disculpas, pero si se quiere ser martillo, primero tiene uno que ser yunque. Es el camino marcado de antaño y el único a seguir, aún en pleno siglo XXI.

Abrió cartel el local “Mazzantini”. Qué decir del torero de Fuente Palmera. Pues poca cosa. No paso de voluntarioso. Acusó la falta de oficio y que está poco placeado a pesar de llevar algunas temporadas en esto. Tuvo material para haber estado mejor de lo que estuvo, pero ya se sabe, cuando las cosas no pueden ser, no pueden ser. En su primero no encontró la distancia ni los terrenos propicios y todo el trasteo pasó entre un querer y no poder. En su segundo, pesimamente lidiado, buscó los terrenos de cercanías y de ahí no pasó.

 

Gustó el castellonense Lleonart en su primero. De recibo le enjaretó un manojo de verónicas que tuvieron gustó y sentido. Con la tela roja hizo una faena correctísima y meritoria, eso sí, con la única pega de la celeridad. En su haber entender la complicada embestida de su oponente, que si bien iniciaba el muletazo entregado, terminaba éste rebrincando y calamocheando. De haber estado acertado con la tizona hubiera cortado una merecida oreja. En su segundo no pudo hacer nada más que matarlo. El de Garzón duró poco y con semejante material era imposible hacer nada destacable.

 

Daniel Sotillo tiene una gran personalidad. Tanto con capote como con la muleta, Sotillo, trata de hacer un toreo de gran plasticidad y belleza. Hoy se ha encontrado con dos novillos muy a contra estilo. Ante el primero, soso y deslucido, le cuajo una labor irregular y de poca consistencia, eso sí, salpicada con su personalidad. Su segundo, se quedaba muy corto y buscaba a final de cada muletazo. Sotillo aquí se la jugó a carta cabal, llegando a ser volteado en dos ocasiones de fea manera de las que salió milagrosamente ileso. El público le valoró sus ganas y esfuerzo obligándolo a saludar tras finiquitar a su enemigo.

 

 

 

Reseña, Córdoba 23 de mayo 2009

 

Ganaderia: Cinco novillos toros de Hermanos Torres Gallego, justos de presentación que tuvieron condiciones aptas para su lidia, buenos los jugados en primer, segundo y cuarto lugar; y uno (5º) de Hermanos Garzón, bravo en el caballo donde fue masacrado.

 

Toreros:

 

Manuel Fernández “Mazzantini” (grana y oro). Pinchazo, media estocada y descabello (silencio con algunos pitos) y estocada y dos descabellos (silencio). En ambos escuchó un aviso

Diego Lleonart (azul marino y oro). Dos pinchazos y estocada caída (ovación con saludos) y pinchazo y estocada (silencio).

Daniel Sotillo (blanco y plata con remates negros). Estocada (ovación con saludos tras petición insuficiente) y media estocada (ovación y saludos)

 

Incidencias: Primer festejo de abono de la Feria de Nuestra Señora de la Salud de Córdoba. Menos de un cuarto de entrada en tarde desapacible con mucho viento y temperaturas a la baja. Destacó y saludó montera en mano tras un vibrante tercio de banderillas el subalterno Alfonso Carrasco de la cuadrilla de Lleonart.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Desde Córdoba, crónica de Salvador Jiménez