FICHA DEL FESTEJO

Se lidiaron seis novillos de la ganadería de La Ahumada, bien presentados, el tercero malo y el quinto indultado.

Thomás Dufau (silencio y ovación al tercio)

 Diego Silveti (ovación al tercio y una oreja simbólica tras indulto)

Emilio Barrantes (silencio y silencio tras aviso)

En tarde con sol y con algo más de media plaza, se lidiaron seis novillos de la ganadería La Ahumada, bien presentados y que resultaron manejables a excepción del lidiado en tercer lugar que además se partió la pezuña derecha, mientras que al quinto el juez ordenó el indulto a pesar de  algunas protestas, el novillo estaba herrado con el número 742 de nombre “Silviado” con 455 kilos.

El novillero francés Thomás Dufau (barquillo y oro) realizó una labor con el percal a su primero que resultó anodina, mientras que con la muleta se centró mejor dando series más ligadas que encendieron los tendidos. Dejó una estocada tendida y contraria por lo que silenció su labor. Con el cuarto estuvo variado con el capote y realizó buenas series con la pañosa, destacando sobre todo una serie de naturales, tras pinchar dejó una estocada en buen sitio, por lo que fue ovacionado teniendo que salir al tercio.

El novillero mexicano Diego Silveti (verde y oro) estuvo variadísimo con el capote, realizando lances muy vistosos que fueron jaleados, con la muleta receta series relajadas dándole las distancias necesarias para que el novillo embista, dejó media estocada que es suficiente y sale al tercio a recibir la ovación. Con el quinto logró convencer a los asistentes al viejo coso limeño, con el percal realizó buenos lances que levantó a los espectadores, con la muleta tuvo derechazos de gran factura y con la mano de cobrar le endilgó naturales jaleados, cierto sector del público de los tendidos de Sol solicitó el indulto, el ganadero también lo solicitó y el juez (Presidente de Plaza) lo concedió apresuradamente confundiendo los pañuelos verde con el naranja, luego otorgó una oreja simbólica, y al final de la novillada fue paseado a hombros, no correspondiéndole la salida a hombros.

El novillero nacional Emilio Barrantes (rosado y oro) con el tercero de la tarde nada que reseñar con el capote, no humillaba y pegaba tornillazos, iniciando su labor con la muleta el astado se partió la pezuña derecha por lo que tuvo que abreviar dejando un bajonazo, su labor se silencio. Con el que cerró plaza el torero de Cajamarca sin tener mucha quietud con el capote fue jaleado con fuerza, la misma que se fue disipando una vez iniciada su labor de muleta, insistió por ambos pitones pero carente de mando, alargó su faena oyendo un aviso, dejó media en buen sitio que hizo doblar al novillo y fue silenciado.