El matador de toros Diego Silveti tomó parte de la corrida de feria de la localidad de Valdepeñas (Ciudad Real), donde el mexicano cortó su primera oreja después de su alternativa el pasado 12 de agosto. Diego también tenía en sus manos otra oreja del sexto, pero tres golpes de descabello dejaron el premio en una ovación. 
 
Con media entrada en los tendidos se han lidiado 6 toros de La Palmosilla, bien presentados, de juego desigual. El mejor, de mayor nobleza y duración, el primero. Hubo otros manejables, como segundo y quinto. Los peores el tercero, que se movió sin clase, y el sexto, rajado y sin fondo. El resultado de los toreros fue el siguiente: CURRO DÍAZ, dos orejas y oreja. RUBÉN PINAR, oreja y oreja. DIEGO SILVETI oreja y ovación.

Con el lote menos agradecido de la corrida de La Palmosilla, Diego Silveti cumplimentó su segunda corrida de toros. A pesar de ello, el mexicano resolvió y se impuso a la poca clase que tuvo su primero, animal que corrió turno al ser devuelto el que salió como titular. Diego, que lo toreó templado de salida con el capote, lo fijó bien en la muleta, porque aunque el toro se movió, siempre lo hizo con poca clase, sin querer romper de verdad hacia adelante. Silveti, con la muleta siempre por delante, ligó buenas series, especialmente por el pitón derecho. La faena fue a más, manteniendo la atención de los tendidos con variedad. Varios molinetes de templado trazo y expresados con torería, y un final por manoletinas de mucho ajuste, pusieron broche a su labor. Lo mató de una muy buena estocada y paseó su primera oreja como matador.

 Otra tenía ganada del sexto, pero a la hora de descabellar, y debido a un callo que el toro tenía por donde debía de entrar el acero, impidió que Silveti acompañara a sus compañeros por la puerta grande. Diego volvió a estar por encima de la condición de un toro que casi quiso rajarse desde el principio, y al que le costó mucho seguir los engaños, tanto en los medios como más cerrado en tablas. Silveti se mostró muy solvente y decidido con la muleta, para rematar su labor con una media estocada que parecía ser suficiente, aunque al final tuvo que utilizar el verduguillo.
 El mejor toro de la tarde lo sorteó Curro Díaz para abrir plaza, al que el linarense cuajó una muy buena faena. Templado, con torería, Curro dibujó bellos muletazos por dos pitones, destacado especialmente alguna de las tandas que cuajó por el pitón izquierdo. Faena muy destacada que le valió las dos orejas después de una estocada. Otra más cortó del cuarto, toro de poca raza, que le pegó una fea voltereta. Tras el susto, Curro volvió a la cara para rematar la faena y propinarle otra buena estocada.
 Nobles, pero sin excesiva raza, el lote de Rubén Pinar fue manejable. El albaceteño paseó un trofeo de cada uno de los ejemplares, tras sendas faenas en las que Pinar derrochó enorme decisión.