Algo se pierde en el alma, cuando un amigo se va…eso dice la canción y esa misma sensación hemos sentido los amigos, en el homenaje de despedida del veterinario de bravo Félix Castrillo, que se nos ha ido a vivir a tierras brasileñas.
Atendiendo a sus deseos, y como despedida, se le organizó una fiesta campera en la finca la cigarra alta porque su ilusión era dejar su querida Córdoba toreando. Para tal fin, en
Llegados a este punto hemos de aclarar que el querido
Félix se sintió muy feliz de verse rodeado de sus amigos y satisfecho de la «faena» realizada a sus dos oponentes. El novillo tenía mas tralla y necesitó de mas sabiduría para doblegarlo, labor en la que colaboró el veterinario José Luis Villafuerte (que como saben fue un exitoso novillero). Cuando estuvo algo más templado, salió Félix y se estiró en unos muletazos muy toreros y sentidos. Después, la becerra, salió lo que los taurinos llamamos de «durse» y eso ya fue otro cantar. Toreó Félix y varios de los presentes, el matador de toros Manuel Rodríguez, el novillero
La jornada terminó con la degustación de un perol cordobés y la entrega de unos presentes al bueno de Félix. Por su parte Villafuerte le entregó, en nombre de los presentes, un trofeo taurino de recuerdo y
En resumen, una jornada que será muy recordada por todos los presentes, pero sobre todo por el homenajeado que se lleva a tierras brasileñas el cariño y el aplauso de sus amigos cordobeses. Suerte maestro por aquellos lares.-
Crónica de Ladislao Rodríguez Galán
Periodista