La familia Oliver, querida y respetada en los ambientes taurinos de Alicante, ha vivido de por vida, vinculada al mundo del toro. Su abuelo paterno fue conserje de la plaza de toros de esta ciudad hasta que a su fallecimiento lo sustituyo su hijo y padre de los homenajeados, Juan Oliver que ejerció como tal, hasta que la plaza, el año 1984, pasó a ser propiedad del Ayuntamiento alicantino nombrándose como conserje a un funcionario municipal.

Los hermanos Oliver, se puede decir, que se han criado en la plaza de toros, pues en ella y junto a su hermano Juanin, tristemente fallecido a temprana edad, ha transcurrido su infancia entre juegos y empapándose del ambiente taurino que los rodeaba. De los tres hermanos el único que llegó a tomar la alternativa fue Álvaro Oliver. Mientras que Daniel sabiendo lo difícil que era llegar a matador de toros, decidió después de torear varias novilladas, hacerse banderillero, al igual que hiciera Álvaro después de mantenerse varias temporadas como matador de toros y comprobar lo problemático que resultaba funcionar como matador de alternativa. Hoy ambos son dos excelentes profesionales.