Hace algunos años Don Antonio Quintero, famoso poeta sevillano, me dedicó una fotografía y una «solea”, decía así: “Hijo de un amigo mío… basta “pa que yo te quiera con tóos mis sinco sentios». Pues bien Adolfo, esta «solea» tiene sentido en ti, porque siendo hijo de D. Adolfo Suárez es mas que suficiente para que se te quiera, porqué tu padre es amigo y querido por millones de españoles. Adolfo quiso, o le animaron, entrar en política y fue nombrado candidato de Castilla-la Mancha. Adolfo, como buen torero que es, se dio cuenta de que en política, como en el mundo del toro existen las faenas y «malas artes»; y tomo la decisión de retirarse por la puerta grande y la complacencia de la gente que le quería y le quiere. No oculta su felicidad familiar, ni el dolor, que por lógica, anida en su corazón. Adolfo Suárez Illana, sigue derrochando arte por esas plazas en las que actúa con las primeras figuras de la torería, y recibe esta merecida «Escalera del Éxito» 137, con el cariño y el aplauso de todos nosotros, de manos de Salvador Sánchez-Marruedo.