Se abrió el telón de la tradicional feria en honor a la Virgen de Regla en la ciudad de Tovar donde el primer festejo de la feria era un mano a mano entre dos toreros de este terruño. La corrida resulto interesante donde el público respondió al llamado de los toreros del patio llenando algo más de medio aforo del moderno Coliseo del “Llano”. Los espadas Rafael Orellana y Curro Ramírez salieron por la puerta grande con par de orejas  cada uno de ellos, ante dos toros de la ganadería tachirense de Hugo Domingo Molina que se dejaron. En el inicio del festejo se corono a la reina taurina de esta feria Elizabeth Márquez y se guardó un minuto de silencio por Alfonso Ramírez “El Polaco” y Nito López.

Rafael Orellana

El torero Orellana  estuvo bien en su primer burel al que recibió con verónicas templadas y de gusto y que remato a la cadera. El toro llego a la faena de muleta con poca fuerza y calamochando por lo que Orellana tuvo que enmendar en varias oportunidades, lo despachó de pinchazo y entera dando una vuelta al ruedo.  Con su segundo un toro de Rancho Grande le permitió está bien con la muleta donde realizó una faena al compás del pasodoble y los oles de los presentes, tuvo muy confiado por lo que al finalizar la faena fue prendido aparatosamente sin nada que lamentar, con la espada fue prendido nuevamente pero su espada estuvo certera por lo que el astado rodo sin puntillas y le dieron dos orejas.

Curro Ramírez

El espigado torero nacional tenía tres años sin actuar en su lar nativo, por lo que merece más oportunidad. Con su primero un toro que se fue arriba desarrollando peligro y manso que salto al callejón en una oportunidad, le dio varios doblones para tratar de ahormar la embestida pero no lo logro por el contrario recibió una peligrosa voltereta que lo envió a la enfermería pero salió pronto y demostró mucha voluntad y deseos por lo que tuvo que abreviar, dando una vuelta al ruedo. Con el segundo un toro colorado de nombre “Corozeño”,   de bonita lamina y hechuras que  le dejo estar a plenitud con el capote  y donde su faena fue larga y de gran gusto, muletazos templados y de mando, el público se le entrego y con un espadazo hasta las cintas lo despacho sin puntillas para que le otorgaran las dos orejas y le dieran vuelta a los despojos del toro del Prado, con el  número 155 y con 450 kilos.