Tras la reforma que se está llevando a cabo en el museo taurino de la plaza de toros de la monumental madrileña, nuestro paisano, Manuel Rodríguez “Manolete” disfrutará de un rincón especialmente dedicado a su figura. En dicho espacio se expondrán objetos y recuerdos del cuarto “Califa del Toreo” y, entre ellos, el vestido que lució la desgraciada tarde de Linares, del 28 de agosto de 1947.

Esta iniciativa es justo reconocimiento a un torero que, por unanimidad, ha pasado a la historia como una figura excepcional, aquel que marcó un antes y un después en la concepción del toreo moderno. El hecho de que tan grandes logros se produjeran en escasos 30 años de vida, hicieron que además de leyenda sea considerado hoy en día un mito. Todo ello, paseando el nombre de Córdoba con orgullo y a pesar de que en ocasiones el público cordobés no fuese precisamente es más complaciente con el maestro.

Además esta remodelación del museo vendrá a engrandecer la presencia de toreros cordobeses en Las Ventas. Quien con tiempo pasee por el interior de la plaza, contemplará el reciente azulejo dedicado a Manuel Benitez “El Cordobés” quien abrió la puerta grande de este recinto en ocho ocasiones o las menciones a otros toreros cordobeses como Agustín Castellanos “El Puri” o Florencio Casado “El Hencho” con tres y dos “Puertas Grandes” respectivamente. El mismo reconocimiento se le dedica a Finito y a Pedrín Benjumea, torero totalmente identificado con Palma del Río. No podemos olvidar los grandes logros de Don Antonio Cañero en la antigua plaza de toros de Tetuán de las Victorias, donde dio sobradas muestras de su arte como lidiador tanto a caballo como pie a tierra.

Sin lugar a dudas, lo que todos estos datos ponen de relevancia es la importancia de Córdoba en mundo del toro. No es casualidad que tanto paisano tenga el privilegio de merecer pasar a la historia entre los ladrillos mudéjares del templo taurino por excelencia. Presumir y mantener esta herencia es algo que los aficionados cordobeses debemos proponernos. Hemos de apoyar a nuestros novilleros emergentes y animo corresponder con masiva presencia los diferentes eventos que están programando con motivo del 50 aniversario del Coso de los Califas. De este modo las futuras generaciones podrán continuar disfrutando del legado que ahora alardeamos.