Somos conscientes de que no todos los aficionados reaccionamos igual ante las mismas circunstancias que suceden en los toros. Factores de gusto taurino o ambientales, en los que se incluye el paisanaje, pueden influir hasta lograr que la misma corrida de toros presenciada por diversas personas resulte absolutamente diferente en cada caso. Siempre han existido lugares especiales cuando actuaba “su” matador de toros. La Real Maestranza de Sevilla se ha convertido en un velatorio desde que Curro Romero caducó. En Las Ventas siguen suspirando por Carlos Escolar a falta de que José Tomás se declare madrileño … Si lo pensamos en “todas las plazas de toros de España sucede lo mismo, ¡se acabaron las figuras orgullosas de proclamar su cuna!. La verdad es que también las otras.

 

Pocos espectáculos han avanzado menos en lo que va de Siglo como el taurino. Seducidos por la promoción desmedida y engañosa, la falta de informadores con auténtica opinión, de profesionales que tengan algo que ofrecer, de ganaderías pulcras y honestas que compitan con las mismas armas, de empresarios imaginativos que cuiden a sus clientes y que den la cara los políticos que se ocultan tras las grandes ferias y los turbios negocios taurinos, han encadenado entre todos a los aficionados que se empeñan en mantener al toro vivo en España. La tragedia surge cuando la expropiación de los derechos del público que mantiene los festejos, llega, incluso, a prohibir por ley asistir a un espectáculo, reglado y autorizado por los gobiernos y los reyes del Estado.

 

Los amantes de los toros no solo hemos perdido a los grandes maestros, los brillantes y divinos lances de capa, los magníficos tercios de varas y sus quites obligados, a los iluminados banderilleros, las fantásticas faenas de muleta hasta llegar a la estocada perfecta … También hemos perdido ¡la Libertad!. ¿Cargar la suerte? … casi lo hemos olvidado. Para esparcimiento en una época triste como la actual, recordemos algunas definiciones añejas.

 

Domingo Dominguín:

 

“Pues mi cuna fue Toledo,

la de los montes, señores,

los que un día fueron honra

y prez de salteadores”.

 

Pedro Balañá:

“Como Dominguín imita

todo lo malo que ve,

cual Balañá, va a meterse

a político también.

Los amantes de la fiesta

debemos votarle, a ver

si no vuelve a dar corridas

como empresario frapé”

 

Los tres Bienvenida:

“Nacieron los tres igual

y con el mismo destino;

son en el jardín taurino

“las tres rosas de un rosal”

 

Joaquín Rodríguez “Cagancho”

 

“A una fonda de Sevilla

llevaron una nevera;

cuando la fueron a abrir,

pegué un brinco y salté fuera”

 

Gitanillo de Triana:

“Mi primo ya lo ha contao;

el nació en una nevera,

y yo en el piso de al lao”

Y basta ya por ahora.

Restan muchos todavía;

según un refrán, “Zamora

no se ganó en una hora”

Mañana será otro día.

 

Explicaciones poéticas extraídas del Semanario Taurino, “La Fiesta Brava”, Barcelona, 8 de Junio de 1.934.