Cuando han dejado de sonar clarines y timbales en los cosos españoles se puede definir la temporada diciendo que “no es oro todo lo que reluce”, independientemente que nos traten hacer saber lo contrario con comentarios ensalzando actuaciones ficticias coreadas con frases de “Puerta Grande”, “salida en hombros”, “orejas y rabos, pero no se nos explica la verdad de esas faenas que se traga el público y no el aficionado. Hay cierto número de toreros que les repiten las empresas, torean con frecuencia y así se encuentran puestos y con sitio, pero el toreo que realizan en cada actuación de manera repetitiva es ventajista, citan al hilo del pitón, con el pico de la muleta y rematan el pase hacia fuera sin ligar y templare hay casos que el pase natural lo rematan con tal violencia que parece un trayazo muleteril, el temple no existe, en resumen son unos pegapases. Y acaban la aparente y chabacana faena de la decadente manera de ejecutar la suerte de matar. Se perfilan al hilo del pitón o fuera de la suerte, en vez de colocarse en el centro y jugar la muleta al pitón contrario. Con el brazo suelto se van descaradamente hacia fuera dando un salto y sin jugar
José
Decano de
Periodista – Escritor
Escalera del Éxito 103