El taurino
Claro como el agua, es la afición hacia los toros que se lleva muy dentro de sí, en la que no cabe el compadrazgo, amiguismo de turno, el ser afín de una figura en el mundo socio, económico, político, cultural, costumbrista, tradicional de un Pueblo, Aldea, Ciudad, Estado, País, Continente.
El mundo del toro tiene sus altos, bajos, altibajos no se puede negar y eso lo saben de sobra, los amantes de
Claro como el agua es nuestra Fiesta Brava aunque a veces está turbia. En la vida en la Tauromaquia, en nuestra Fiesta de Los Toros, van y vienen, buenos y malos, pero cupo en ella, jamás podrán tener quienes usan el usufructo personal rebuscado para hacerse conocedores sabiendo de lo que no saben, con falsa careta de espectadores y aficionados, sin saber un comino lo que significa realmente,
Más claro no canta el gallo, allá los que no saben, donde está el gallo y en este caso, el gallo taurino.