Oscar y Pablo, entregan el testigo a Manolo, el nieto de Manolo Chopera, y bisnieto de Severino

Fuente: Víctor José López «El Vito». A los Toros

 Cuando Bilbao abre el horizonte del Norte, la fiesta taurina cambia su expresión. Hasta la música suple motivo y enunciados. Bilbao es historia grande, con Joselito, Gaona y Belmonte protagonistas junto a El Guerra, Ortega, Marcial y Armillita como más tarde lo serán Manolete, Luis Miguel, Ordóñez y Girón.

Fiesta con raíces históricas y profundas, religiosas y políticas que en la diversidad expresiones se apropia de nombres ganaderos con los que triunfar con ellos, logrando el éxito en Bilbao, es distinto, diferente y más serio que haberlo hecho en otra arena del mundo.

Es por ello que el cartel encabezado por seis toros de Dolores Aguirre llevaba agregado un atractivo especial, atractivo impreso con la inteligencia de aquellos donostiarras que desde los Martínez Elizondo que arrastraron el mote de Chopera por cinco exitosas generaciones que han apuntalado a la tauromaquia con bastiones de excelencia, desde que el fundador del clan familiar: Don Severino, Don Pablo, Don Manuel… y ahora Óscar y Pablo… Es  historia de una dinastía de empresarios que desde el norte vascongado, cuyos capítulos fueron le entregan el  testigo a Manuel … Ésta es la historia de una dinastía de empresarios.

Don Severino tuvo la idea de servir con cuadras de caballos  la cojitranca fiesta de los toros  en días que no se vestían con peto las cuadras de caballos que se formaron con los desechos de la caballada americana o francesa, cuyo destino eran las plazas de toros o las carnicerías.

Es decir sentenciados a muerte.

Pasa de las tratas de caballos a organizar festejos, siendo la primera plaza de toros que condujo un Chopera la francesa de Mont de Marsan.

 Esa que aparece en el histórico cuadro,  La vara rota,  del venezolano Arturo Michelena.

Don Severino muere en un accidente en Jabalquinto al despeñarse.

Dejó viuda a Ángela Elizondo con sus hijos Manuel, Antonio, Carmen y Pablo Martínez Elizondo, los Martínez Elizondo de los que don Pablo se hace responsable participando en plazas importantes. Su inteligencia en la organización, honestidad en el trabajo y, sobre todo, su palabra como documento intachable provocan crezca fama y los Chopera son llamados para administrar Bilbao y Logroño, más tarde Salamanca que administraran en condominio, construyen la plaza de Badajoz y las plazas francesas de Mont de Marsan, Euze, Bayona, Hagetmut, Toulouse y logran acercarse al Coliseo de Nimes como también a la Real Maestranza de Caballería de Sevilla.

Don Pablo Chopera casa con Luisa Flamerique, padres de Manuel Martínez Flamerique que, además de sembrar el Clán en Europa lo convierte  en una palanca positiva y competitiva en América. Siembra su poder desde Lima hasta Tijuana dejando abiertos en los caminos americanos las temporadas importantes en el Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela y México. Hermanos de Manolo Chopera son: Jesús, Carmen y María Luisa, son los Martinez Flamerique.

Los hijos de Manolo Chopera, Pablo y Oscar Martinez Labiano, se encargaron, al fallecer Manolo, de Bilbao, la plaza de Illumbe en San Sebastián la que sustituyó a la desaparecida El Chofre. Los Martínez Uranga, los  primos de Manolo son los “Choperitas” hijos de Pablo: Antonio y Javier.

 Hoy, los Martínez Labiano, los hijos de Martínez Flamerique, le entregan el testigo del clan Chopera como empresarios de Bilbao, Donostia, Salamanca,  Mont de Marsan, Euze, Bayona, Hagetmut, Toulouse a su sobrino Manolo…

La Fiesta en el Norte está en buenas manos…