Una fría mañana de este final de otoño ha sido escenario del reencuentro con Olivier Riboulet en sus fincas camarguesas de Mas de Madame et de Bramasset, a orillas del embalse de Scamandre. El ganadero galo ha recogido el testigo para perpetuar la cría del toro bravo con la vacada que fundara su padre en 1979, primer hierro del departamento del Gard en el sureste francés. Un hierro que solo el empeño de sus titulares ha conseguido sacar adelante a pesar de múltiples contratiempos acontecidos estos últimos años.

 

Al cabo de unos veinte años de selección, la rama Pedrajas moldeada por el padre iba afianzándose con una destacable regularidad cuando un brote de tuberculosis obligó el hijo a sacrificar la totalidad del ganado. El prefet (autoridad regional) de la época hizo gala de sensiblidad en este caso y concedió unos plazos extras antes de proceder al sacrificio de la ganadería y propició, dentro de estrictas reglas de control y aislamiento, la recuperación de este hierro mediante trasplante de embriones. Hoy, una veintena de vacas procedentes de este proceso llevan en sus venas la ilusión renovada de un criador que lucha por conseguir de nuevo el “toro de la casa” y las características que pretende fijar en sus genes.

 

 Olivier Riboulet ha comprado en paralelo el hierro de Sol, de orígenes parecidos a lo suyo, aunque confiesa que con esta nueva adquisición  “todo está por hacer”. Y para no jugárselo todo a una carta se ha hecho igualmente con una punta de ganado de Valdefresno que le permite segur presente en los carteles a la espera de la vuelta completa del protagonismo de lo suyo de siempre de Pedrajas. Sin embargo, reconoce que este encaste no colma sus expectativas de ganadero, con vacas que no dan para su criterio la talla en la tienta. Y es que Olivier reivindica esta diferencia: en su casa no se crían colaboradores, sino adversarios. La bravura es para él esencial y la noción de nobleza no tiene sentido para este ganadero si no es la prolongación lógica de esta bravura. Se muestra muy convencido sobre este punto y añade que la Fiesta solo se salvará cuidando la presentación y la bravura de los toros, y se afana con lo suyo en esta óptca.

 

La temporada 2009 arroja un balance satisfactorio para el ganadero camargués. La tarde cumbre ha tenido lugar en Saint Gilles con un encierro saludado por la mayoría de los que presenciaron la corrida y con el colofón de la vuelta a uno de los toros. Esta corrida ha sido doblemente premiada, por los críticos taurinos del sureste de Francia y por la Unión de Clubs Taurinos Paul Ricard. Para la anécdota, los críticos taurinos ya habían conseguido un premio a un encierro de Riboulet, hacía justo díez años, una corrida lidiada en el anfiteatro de Arles.

 

Cabe también destacar una novillada sin caballos que salió muy interesante en Saint-Laurent d’Aigouze (departamento Gard) donde en total coordinación con el comité de festejos local se empeña Riboulet en perpetuar la tradición taurina a la usanza española. Además de un toro sobresaliente de juego y que correspondió al diestro Julien lescarret en un festival celebrado en Rodilhan. (departamento Gard).

 

Un encierro de cuatreños está disponible para lidiarse en 2010, pero a pesar del triunfo de Saint Gilles no han surgido aún muestras de interés por esta corrida del que dice Olivier “es incluso bajita y si bien es verdad que está seriamente armada, no es ni mucho menos aparatosa”. Puede que la situación dé un vuelco a primero de año…

 

Aguardan en los cercados otras dos novilladas, una muy seria que puede salir en un coso de relieve, además de diez novillos del hierro de Sol previstos para lidiarse sin picadores.

 

Olivier Riboulet reparte su tiempo entre sus tierras del Scamandre y las colinas de las Cevennes donde pasan el invierno las vacas de la vacada. Prosigue así con determinación el trabajo emprendido para volver a encontrar su rama histórica y el toro de sus sueños. El hombre da muestras inequívocas de su obstinación y de su valor para lograrlo, y ha superado ya tantas pruebas que no será de extrañar que consiga su propósito.