Manuel González Montoyita (de vino y oro), recibió a Puchungueto, No. 155, 356 Kg., negro, bragado, sobaquero, salpicado de los cuartos traseros, con salida contraria, salió suelto y le dificultó la labor al torero; pero le hizo una faena de por lo menos siete tandas, probándolo por derechazos y por naturales, el torero tiene mucho sitio y entiende muy bien a los animales, sacándoles pases que no tenían a primera vista; despacha a su primero con el segundo golpe de descabello; palmas del respetable y salida al tercio. Su segundo novillo, el 4º. de la tarde, Feriante -No. 1, 366 Kg., cárdeno, coletero, veleto, caribello, meano-, era un toro bravucón que echaba las manos por delante tirando derrotes todo el tiempo; sin embargo, Montoyita con el capote lo lanceó por verónicas y al quite por navarras y tafalleras; con la muleta el toro se quedaba parado y daba arreones más que embestir; el valiente novillerote ponía el cuerpo como carnada y se pasaba los pitones muy cerca, logrando darle escalofriantes muletazos que calaron hondo en los tendidos, dio una faena cojonuda, de mucho temple; al primer viaje deja un pinchazo hondo y luego un estoconazo hasta la empuñadura. Una oreja y vuelta al ruedo.

Antonio Romero (de azul marino y oro), tuvo en suerte a Paisano, No. 180, de 340 Kg., castaño claro, paliabierto, ensillado, meano, bebe, nevado de los cuartos traseros, bragado corrido; lo recibe de larga cambiada de hinojos y el novillo sale suelto también; poca labor con el capote porque el novillo es distraído; luego Mauro Prado lo pica en repetidas ocasiones y genera una trifulca, al hacer señas obscenas al respetable –debería de ser sancionado-; cuatro chicuelinas al quite; brinda a la Peña Brava se Sol; Paisano no pasaba bien, trotaba más que embestir, pero Romero se vio voluntarioso aunque un tanto desconcentrado; deja una estocada trasera. Palmas. Con su segundo toro, el quinto de la tarde, de la ganadería de Felipe Castorena Romero estuvo mucho mejor; Malquerido, No. 7; 360 Kg.; lo lancea por verónicas en su saludo capotero y luego al quite por Tafayeras muy bien ejecutadas; Romero puso banderillas, en el tercer par se asomó al balcón muy bien dejando un par en todo lo alto; le brindó la muerte de su novillo a su Sr. Padre, Mario Romero; al inicio de su labor muleteril, Malquerido lo prende sin consecuencias; Romero le hizo una faena  de derechazos templados al novillo que pasaba muy bien, con franqueza, pero que luego cambió de lidia; lo probó por naturales y el final terminó su labor con siete manoletinas mirando a los tendidos; dejó un pinchazo hondo con el que dobló e novillo. Una oreja y palmas del respetable.

Juan Pablo Sánchez (de azul purísima y oro), novillero hidrocálido de mucha clase; recibió al tercero de la tarde; Peregrino, No. 21, de 353 Kg.; cárdeno oscuro, nevado, rabicano, carifosco, meano, cornidelantero; con larga cambiada de rodillas; se descalza y a pies juntos lo lancea por verónicas con mucha suavidad; Jorge Morales le da el mejor puyazo de la novillada; al quite, Sánchez se lució con 5 gaoneras; brindis a Othón Ortega; aunque lo probó por naturales, su labor fue básicamente derechista, por momentos hacía parecer que torear es muy fácil por la seguridad y la clases con la que lo hizo este jovencito hidrocálido; mucha clase de por medio y buena escuela; 3/4 de estocada le hacen merecedor de una oreja ante la petición unánime del público. Su segundo toro, Migrante, No. 7, de 348 Kg. –castaño claro, bebe, derrama, moro, bragado corrido-, hizo una estupenda salida; Sánchez lo lanceó por verónicas con los pies muy juntos, cadenciosamente; al quite por verónicas el novillo le da un puntazo que le descubre los testículos; y el novillero se crece, demostrando que quien manda es él pese al dolor sufrido; le hizo una faena larga, pero sentida, con valor y con coraje; desafortunadamente falla con el acero y después de 4 oportunidades, logra despachar a Migrante al primer viaje con el descabello; palmas del respetable y de ahí a la enfermería, desde donde se le reportó fuera de peligro.

Saúl Cortés Padilla, un muy pequeño niño aficionado dijo esta tarde en las barreras de sol, cuando vio la actuación de estos tres novilleros: los novilleros tienen fuego en el corazón, y coincido con él. Un saludo muy afectuoso al novillero Miguel Jaén y al matador Jorge Delijorge, quienes se encuentran en recuperación, después de haber sufrido un percance la tarde de ayer.

 

Desde Zacatecas, informa Jánea Estrada

  La Jornada Zacatecas