El primero, de nombre “Reolín”, marcado con el núm. 159, de capa negra y 545 kilos de peso, acudió bien al capote de Oliva Soto que lo lanceó con apretura y también se lució en el quite. Inició la faena citando de lejos y se fue acoplando en el resto de pases ligados sobre ambas manos. Haciendo la suerte con ortodoxia sumó dos pinchazos y estocada. (Silencio). Lidió al sexto en quinto lugar por correrse turno al encontrarse Alejandro Talavante en la enfermería. El toro, ante la muleta se quedó corto y buscó. Lo porfió con voluntad y cuando vio que no había nada que hacer lo despachó de una estocada, sonando un aviso antes de doblar el astado. (Silencio).

 

Manuel Jesús “El Cid” saludó al segundo por delantales. En la brega y banderilleando, bien “El Boni” y “Alcalareño”. Faena desigual y después de tres viajes con la espada haciendo la suerte como es debido, dobló el toro. (Silencio). El mansote cuarto se salió suelto en varas y acudía a la muleta sin son en la embestida. Utilizó ambas manos para sacar pases y más pases el torero de Salteras hasta que en una larga serie de trincherazos resultó cogido sin consecuencias. La labor de larga duración la remató de dos pinchazos, estocada y sonó un aviso. (Silencio).

 

Alejandro Talavante, trató de dejarse notar en el ruedo. Aprovechó la buena embestida del tercero, renqueante de la pata izquierda y que flojeó de los cuartos traseros a pesar de habérselo tratado con mimo en el caballo. Lanceó con buen juego del capote el diestro extremeño y la faena, aun teniendo pasajes lucidos, no fue a más por la referida tara del toro. Entrando a matar con el brazo suelto cobró un metisaca, y después citó al toro recibiendo y con el brazo suelto dejó una estocada que remató con dos descabellos. (Saludos desde el tercio). Pasó a la enfermería al recibir un corte en la mano en una manoletina cambiada y salió para matar al quinto en sexto lugar. Un toro mansote que se arrancaba a oleadas y tardeó en arrancarse al caballo. Faena aceptable con pases que sobraron antes de despenar al su enemigo de una estocada baja, sonó un aviso, y terminó al segundo intento con el descabello. (Silencio).

 

Merece comentar la falta de medida de la faena que tienen los diestros pues todos sobrepasan los diez minutos de faena como hoy fue el caso, con cuatro avisos, demasiados.