Novillos de Nazario Ibáñez inmejorables de presentación -4º y 6º aplaudidos en su salida al ruedo-, con mucha clase el 2º y encastados en general. Destacaron las bellas estampas de estos animales muy variados de capa: Negro chorreado, negro, cárdeno entrepelado, negro bragado, sardo, castaño chorreado en verdugo y bragado.

En esta novena de feria, apenas un cuarto de entrada de público muy entendido y de gran afición.

José Manuel Arenas: Palmas y palmas.

Jiménez Fortes: Palmas y oreja.

Gabriel Martínez: Silencio y silencio.

Los tres hicieron el paseíllo desmonterados y el alicantino Martínez debutaba con picadores. Arenas y Fortes se disputaron con valor el quite al primero de la tarde. El espada también protagonizó un emocionante tercio de banderillas y realizó una faena aseada por ambos pitones en los terrenos que hay entre el tercio y las tablas. Lo pinchó una doble infinidad de veces y escuchó un aviso.

Su segundo fue picado con tiento y en el sitio, en el tercio de banderillas volvió a poner en pie al público porque fue prendido y acabó con la taleguilla rota, muy en novillero. Al comienzo de la faena el novillo se rajó y fue buscando la querencia natural de la puerta de toriles, donde al albacetense le faltó oficio. De nuevo, peor que mal con la espada. Si no mejora el capítulo de la suerte suprema de nada le servirá su torería.

El segundo novillo salió frío y manseó en el caballo, pero iba largo y metía la cara con mucha calidad. Fue una pena que Jiménez Fortes no se relajase con él y que la faena se viese deslucida por los continuos enganchones y la falta de temple. Justa faena para que nos diese tiempo a ver el buen corte de este novillero. Muy mal con la espada.

Mientras el malagueño lanceaba a la verónica a su segundo, la selección española marcaba su primer gol y la lidia se convirtió en un auténtico desorden. El novillo-toro embestía con codicia, prontitud y buena clase. El diestro acusó al principio buena falta de oficio y estuvo sin apenas sitio. La faena podía haber sido de lío gordo y no estaba pasando de emocionante cuando el matador fue cogido de modo feísimo. Su cuadrilla estuvo fatal y Fortes estuvo demasiado tiempo a merced de la seria cara del burel, que por fortuna sólo de dio una paliza y le destrozó el vestido. Con el segundo gol de España, comenzó a jugársela y le hizo una faena trepidante. Como además lo mató de una estocada cortó una oreja.  

El debutante Gabriel Martínez no se dio cuenta en toda la tarde ni por donde le iban cayendo las embestidas.  La lidia de sus novillos fue caótica –la de su primero peor que una capea- y castigó duramente en varas a los preciosos novillos que le tocaron en suerte. Durante las faenas, el diestro mostró su carencia de conocimientos, valor y recursos para haber salido airoso del trance. Estuvo muy por debajo de las reses y pésimo con la espada. Él verá lo que tiene que hacer.