Juan Baustista tuvo que pechar con el peor lote. El que abrió festejo se empleó en su único encuentro con el caballo y salió sin arrancadas de este primer tercio. No llegó a confiarse Bautista con este toro que optó por abreviar pero que no anduvo fino con tizona y verduguillo con un toro que se tapaba. El torero de Arlés recobró de forma inesperada la confianza ante el tercero, un muy serio ejemplar tocado de pitones y que no humillaba. El trasteo de muleta tuvo inspiración con varias tandas de mucho gusto y relajo. Una entera recetada al encuentro y de efecto rápido fue la guinda para verse otorgado las dos orejas, de una labor que ofreció los muletazos más profundos de la tarde. El quinto no hizo honor al refrán y fue el garbanzo negro del encierro. Desarrolló peligro y Juan Bautista solo pudo robarle dos tandas sin dejarlo pensar por un momento. Se evitó una desgracia cuando al entrar a matar  el diestro resbaló con una banderilla y rozó el pitón derecho del ejemplar de Margé. (Aviso y bronca, dos orejas y silencio tras aviso)

 

Sebastián Castella anduvo muy firme y templado toda la tarde, contrarrestando las embestidas con genio de sus adversarios. Pronto se hizo con su enrazado primero al que cuajó por ambos pitones y tumbó de una estocada de efecto inmediato. Firmó otra faena del mismo corte en el cuarto, pero falló con el descabello. Salió a no dejarse escapar el triunfo en el sexto que recibió con una larga de rodillas que caló en el tendido. Pero el toro llegó tardeando a la muleta y el diestro de Béziers solo pudo hilvanar dos series lucidas por el pitón derecho. Pese a intentarlo no fue posible cimentar un trasteo que cogiese vuelo y después de un pinchazo dejó una entera definitiva. (Dos orejas, saludos tras dos avisos y oreja)

 

 

 

Crónica y Fotogalería de Laurent Deloye “El Tico”