JOSÉ Mª TEJERO SE RETIRA DEL TOREO TRAS 32 AÑOS EN ACTIVO

Por Ladislao Rodríguez Galán

Discreto, servicial y eficaz en su cometido, el subalterno cordobés José María Tejero se ha retirado del toreo, por la puerta grande, después de estar treinta y dos años como profesional y haber participado en cerca de dos mil corridas de toros.

¿Cuando torea su último festejo?

– Fue una corrida de toros en Chinchón (20 de octubre de 2018), a las órdenes de David Mora. Esa fue mi retirada pero la coleta me la cortará, en la plaza francesa de Arlés, mi amigo el matador de toros Juan Bautista ( 7- 9-2019)  que se retirará conmigo esa tarde. Es la primera vez que en esta histórica plaza se retirarán dos toreros a la vez.

– ¿Como se le ocurrió a Vd. ser torero?.

En casa estábamos dos toreros, mi hermano Antonio, que es el mayor, y yo. También mi padre que había sido novillero, y claro todo eso influía. Nosotros vivíamos en la calle Cerámica, en la barriada de Cañero. En la misma calle vivía Fernando Tortosa (que luego fue matador de toros). Este chico era lazarillo de mi abuelo que era invidente, y de este trato con él y hablándome de tentaderos y capeas me entusiasmo con la idea de ser torero.-

– ¿Y cuando torea por primera vez?

Me apunté a la escuela taurina que había en el cine España. Me daban clase «Zurito» y Paco Sánchez Fuentes. Un día nos llevaron a un tentadero en la finca de Espinosa de los Monteros, y allí toreé por primera vez una becerra. Tenía yo entonces catorce años.

– ¿Y cuando debuta de luces?.

En la plaza de toros de Córdoba con «El Pión» y José Luis Ramón. Corté dos orejas y salí por la puerta grande a hombros de los hermanos costaleros de la Hermandad del Caído, que me llevaron así hasta el hotel.

– Y comienza su peregrinaje por diferentes plazas…

Aquí comienza mi carrera. Después toreo en Écija, Montoro…

– ¿Y porque decide hacerse subalterno, si las cosas le iban bien?

Mire, al haber en casa otro torero, mayor que yo,  me pareció que mi padre le prestaba más atención a él. Entonces decido  apartarme un tiempo. Cuando vuelvo, empujado por mi afición, había muchos novilleros muy buenos y opté por ser torero de plata. Mi primer jefe de filas fue Tony Palacios, en la plaza de Córdoba.

– Vd. ha toreado con los mejores toreros de la segunda mitad del siglo XX…

Efectivamente me he ido  con la enorme satisfacción de haber toreado con las grandes figuras: Enrique Ponce, Morante, «El Juli», Ortega Cano, Rivera Ordóñez, «El Fandi», Manuel Díaz, David Mora…entre otros. Y con Manuel Benítez «El Cordobés», el V Califa en cuatro corridas de toros y dos festivales. Soy un privilegiado, no esperaba que fuera así mi trayectoria profesional.

– ¿ Y trofeos…

Conseguí 62 trofeos ( siempre he ido de tercero) entre banderillas y quites de peligro. Y dos reconocimientos como cuadrilla de oro.

– ¿Y percances…

Tuve cinco cornadas. Dos de ellas, en Iniesta y Albacete, muy graves.

En el año 2000 ideó VD. unas zapatillas antideslizantes para evitar percances cuando el ruedo está embarrado. Como fue acogido el invento?

Extraordinariamente. Son como un seguro de vida, las llamé «Manoletinas» en honor a «Manolete». Les mejoré la piel, la puntera y de la suela se hicieron tres modelos. El agarre a la arena es total.

– Le ha quedado algo por hacer?

Me hubiera gustado torear en América. He cumplido honradamente con mi trabajo y cuando he llegado a la edad reglamentaria para jubilarme (55 años) me he ido. Delante del toro has de estar al cien por cien y dar la cara todas las tardes. La condición física es fundamental-

– Volvería a ser torero?

Siempre. Sin dudarlo volvería a ser torero. Es una profesión complicada pero a la vez apasionante,  que me lo ha dado todo y a la que tanto debo, entre otras cosas porque me permitió  dar una vida digna a mis tres hijos y me hizo sentir realizado y orgulloso de serlo.