Con lleno de “No hay billetes” y en un ambiente emocionado y con sentimiento de una afición aturdida y decepcionada por sus gobernantes ensañados contra su espectáculo cultural y artístico favorito se lidiaron toros de la ganadería salmantina de El Pilar, de los hermanos Fraile encaste Aldeanuela, “El Raboso”, Matías Bernardos. Destacó el corrido en segundo lugar repitiendo ante la muleta, el resto mansos deslucidos.

 

Entre la emoción del momento triste, desagradable que se vivía en los tendidos y en el ruedo debido a la referida decisión de la Generalitat, que no es contra lo taurino en sí, sino por la españolidad  que representa la Fiesta de los Toros. Todo consecuencia de ese mal orgullo catalán, reacción de un complejo de inferioridad catalanista con respecto al resto de España. Ellos, desde tiempos del Primer Conde de Barcelona, Wilfredo el Belloso, quieren ser los primeros en todo, los únicos, mandar, gobernar y hacer a sus anchas. Quisieran fuera Barcelona, la capital de España, de ahí esa fobia contra Madrid y quisieran imponer su lengua catalana en vez del castellano base del idioma español. En sus miserias idealistas atacan a la Fiesta de los Toros, que se viene en llamar Fiesta Nacional, que cuenta en Barcelona y otras cosas catalanes con una consolidada afición de años y tradición taurinas. Cabe destacar el inolvidable empresario don Pedro Balañá y su familia  que tanto han contribuido al mantenimiento y engrandecimiento del espectáculo cultural taurino que tanto incluye en las distintas manifestaciones artísticas porque en su esencia es ambos conceptos, y ellos lo han mantenido tras su gestión de la Monumental de Barcelona. Además de Cataluña, la que queremos y admiramos todos los españoles ha dado figuras del toreo y ha sido escenario de muchos y destacados hechos artísticos taurinos.

 

Ante tal improperio nacionalista antitaurino, pensamos que pensaría el matador de toros Mario Cabré, a los que viven como José María Clavel, (Escalera del Éxito 175), “Minuto”, Joaquín Bernadó (Escalera del Éxito 121), y ya conocemos lo del afligido Serafín Marín. También pensamos en aquellos aficionados que enaltecieron e hicieron  suyo al diestro onubense Antonio Borrero “Chamaco” y aclamaron por su torería a destacados diestros de las distintas época del toreo.

 

La corrida que decimos última se resolvió con ovación y saludos tras arrastre el primero, y el cuarto por Juan Mora. José Tomás en su primero el de mejor juego de los lidiados, cortó dos orejas y en el quinto, ovación y saludos, y Serafín Marín, saludos al tratarse el tercero y dos orejas del sexto. Los tres espadas salieron en hombros en olor de multitud.

 

Obligado por las circunstancias esta crónica nos ha salidos más contestataria, polémica obligado por las decepcionantes circunstancias que ocurren en el nefasto caso.

 

 

 

José Julio García

Decano de la Crítica Taurina

Periodista – Escritor

Escalera del Éxito 103