Fuente: Jorge Arturo Díaz Reyes – Del Toro al Infinito
Con edad, serias hechuras y exigente talante la corrida de Murteira Grave, brindó una tarde de toros digna de plazas primadas. El primero cogió a Cándido Ruiz en el primer par infiriéndole dos cornadas de extensión enorme, 20 y 50 centímetros. Se lo llevaron para San Sebastián. Eso anunció que las cosas iban de verdad, verdad.
En una tarde que tuvo un nombre:
Jesús Enrique Colombo, el venezolano llenó los tres tercios de sus dos lidias, con valor, colorido, alegría, toreo y los firmó con dos estocadas letales. Arriba, otro nombre más queda en renglón inferior, el de doña Hegoa Arzabal, presidenta, quien, manejada por su incierto asesor, le birló las segundas orejas del segundo y del quinto, negándole así dos veces la salida en hombros. Y pensar que ayer por solo dos tandas de trámite y una estocada defectuosa a un pastueño terminal, las arrojaron expeditas. Bueno allá ellos.
Abajo, en el ruedo fue otra cosa. “Vinagre”, número 65 de 530 kilos, el más noble, siguió las cinco verónicas y media humillado y franco. Luego las cuatro chicuelinas al paso y la revolera que le pusieron en suerte con precisión matemática. Tras la buena vara de Israel de Pedro, un quite por zapopinas y serpentina puso en hervor la pletórica plaza. Tres pares (no en una moneda) pero sí de arrobadora ejecución, el tercero con el sombrero de un chico en la otra mano del violín. Brindis a los jóvenes, muchos en sol, “ustedes son la vida de la fiesta”. Jolgorio, pacto de sangre.
Y la faena iniciada por bajo con poder y prestancia, se hizo desmayada, lenta ligada, redonda, larga en las primeras tres tandas derechas, de cinco muletazos cada una con sus respectivos broches, músicos y aforo a toda máquina. Naturales y un pase de pecho circular justificaron el desplante de rodillas cara cara.
A todo eso contribuyó la embestida suave, acompasada y de tranco más, del buen murteira. Qué… ¡Malhaya! se desfondó la final. Pero a volapié 1 la toledana toda hasta los gavilanes permitió una muerte resistida de bravo. Se armó de nuevo la marimorena por las dos orejas. No dieron sino una, le pidieron dos vueltas al ruedo en desagravio, ovacionaron el arrastre y abroncaron a los autores del repetido raponazo, que sonreían como si no fuera con ellos. Jesús salió a pie pues no tuvo dos orejas de un solo toro.
Con el segundo, que dejó sin picar y algo áspero, quitó por vistosas navarras y larga, prendió una escandalera con las banderillas pese a que el primer par fue solo medio, y emocionó tragando a pie firme, La estocada de gran ejecución cayó delantera y fulminó, Ahí ya se armó la primera escaramuza entre los de abajo y la parejita de arriba, también por la segunda oreja no concedida que tuvo su segundo escandaloso round en el quinto.
David de Miranda, con más entrega que aplomo no se acopló del todo con su lote, quizá el más bronco del encierro. Al primero le puso la espada en sitio sin efecto y seis descabellos y un aviso no dieron sino para un saludo. En el cuarto al cual mató con estocada trasera fue silenciado.
Ángel Téllez, se pone y se queda, como dice él, en el terreno donde los toros embisten (y cogen, digo yo). Pero no solo eso sino cómo lo hace, con qué autenticidad, tanta que quizá pasma la grada. Un toreo de gran contenido. Da gusto y susto. Pero no mata. Tenía pelo ganado en ambos, al tercero le pinchó tres veces, le descabelló seis y oyó un aviso. Al sexto le asestó un bajonazo de pena. Qué pena, con el placer que da verlo torear.
Con toros como estos y toreros como Colombo
 la fiesta tiene para largo.
FICHA DEL FESTEJO
Azpeitia. Lunes 31 de julio de 2023. 2ª de San Ignacio. Sol. Lleno. Seis toros de Murteira Grave, bien presentados, encastados y exigentes
David de Miranda, saludo tras aviso y silencio
Jesús Enrique Colombo, oreja con petición de otra y oreja con petición de otra.
Ángel Téllez, silencio tras aviso y silencio
Incidencias: El banderillero Cándido Ruiz corneado por el primero fue remitido al hospital en San Sebastián.