Se guardó tras el paseíllo un minuto de silencio en solidaridad con las víctimas del último atentado y a continuación la empresa que gestiona la plaza, Toros Albaicín, en colaboración con el Ayuntamiento han hecho entrega de cuatro placas a las asociaciones que participarán económicamente del resultado del festejo en agradecimiento a la labor de apoyo en la celebración de este festejo.

 

Extraordinaria Noelia Mota, transmitiendo emoción y sentimiento, a la que le correspondió un novillo que no quiso moverse de la puerta de toriles, acusando una querencia que la joven pero resolutiva rejoneadora ha sabido resolver con audacia y simpatía. En su segundo, mucho más entregado logró poner en escena todas las artes del abanico caballeril más ese sello personal que está haciendo del toreo de Mota un buen hacer que dará mucho de que hablar.

 

Ana Infante, el arte, la cadencia, la serenidad, la quietud, un derroche de almíbar que la torero pudo poner de manifiesto en el segundo de su lote al que acarició con la muleta, segura y entregada, enlazando una tanda con otra con una pulcritud digna y sin romper en ningún momento el ritmo de la lidia. Entendió a la perfección a un toro noble que la acompañó en los vuelos y en los suaves movimientos de su muñeca con los que recorrió los terrenos suyos y los de su adversario de manera natural y artística. Lo que le valió dos merecidos apéndices que, aunque buscados en el primero, del que dejó muy buen sabor.

 

Sandra Moscoso, luchadora, amiga de la lidia de fuerza y poder, demostró el dominio de las técnicas, en un apretado quite por chicuelitas a su primer novillo al que remató con una muy buena faena de muleta lo que le valió dos orejas y el rabo. La misma entrega y disposición demostró en su segundo, haciendo gala de una consistente preparación y de un tesón que sin duda la llevará donde quiera ir, que es sin duda a los primeros puestos del escalafón.

 

Las tres han salido a hombros y pueden estar satisfechas de haber lidiado una corrida grande aunque noble y presumir de estar a la altura de las grandes promesas del toreo actual.

 

 

Crónica de Ana González