Román Pérez cortó la oreja de “Marqués”, el toro de la ceremonia. número 89 y de 530 kilos, después de un trasteo cimentado esencialmente por el lado derecho y que el nuevo matador tuvo el acierto de abreviar cuando vio que se venía a menos su adversario. Por el lado izquierdo el toro anduvo protestón y poco hubo que sacar. El Valdefresno dobló de una entera y el fallo del puntillero que levantó al astado obligó el refrendo de un descabello, lo cual no fue obstáculo al corte del primer apéndice de la corrida, que fue a manos del protagonista de la tarde de hoy en Arles. El toro que cerró plaza fue el mejor del encierro y Román Pérez, confirmando las buenas sensaciones dejadas cuando su reciente encerrona en Istres, supo adaptar su toreo viril a la embestida noble y con recorrido de su oponente. Con sumas ganas de agradar, la faena estuvo un punto eléctrica y la remató de un estoconazo. (Dos orejas)

Juan Bautista no tuvo suerte hoy en su tierra. Su primero de corta embestida acusó flojedad de remos. Aunando paciencia y sapiencia supo engancharlo en dos series de notable factura por el izquierdo. Pero el toro no dio para más. El nombre del quinto, idéntico al de otro ejemplar que dejó huella en la vecina Béziers en 2006 (“Caralegre”, toro indultado de este hierro) quizás indujo el arlesano a saludarlo rodillas en tierra con el capote. Sin embargo este “Caralegre” en nada se pareció con su ilustre hermano y condicionó una faena a media alturita que Juan Bautista remató de una estocada caída, el toro echándose incluso al perfilarse el diestro con la tizona. (Saludos en los dos)

Sebastián Castella inició rodilla en tierra su primer trasteo que instrumentó principalmente por el lado derecho, una faena a la que costó tomar vuelo ante la poca trasmisión del  toro, que solo el final en la cercanía de los pitones pudo levantar. Sonó un aviso y el diestro de Béziers cortó una oreja con petición de la segunda, que el presidente esta vez con razón, no concedió. El quinto desarrolló complicaciones y pese a los esfuerzos de su matador, no pudo haber lucimiento. Lo despachó de estocada atravesada y descabello. (Ovación)

 

 

 

Crónica y Fotogalería de Laurent Deloye “El Tico