El «Frascuelismo» de Lagartijo

Se cuenta que el político don Francisco Romero Robledo -conocido por el apodo de «El pollo de Antequera» – en su época de ministro solía hacer tertulias en su despacho del Ministerio con varios amigos hasta altas horas de la noche.

A dichas reuniones, y siempre que se encontraba en Madrid, solía acudir el diestro Rafael Mo1ina «Lagartijo», por unirle gran amistad con el político.

Una noche se habló de toreros y todos alabaron servi1mente a Rafael, posiblemente por congra­ciarse con el Ministro; pero don Mariano Zacarías Cazurro, presente en la reunión, tuvo a bien hacer un cumplidísimo elogio de «Frascuelo», tras de cuyas alabanzas se levantó «Lagartijo», di­ciéndo1e:

– ¡Vengan esos cinco, y sea «noragüena»!. Aquí ya veo que no habemos mas que dos fracuelis­tas: usté y yo.

El rey en los toros

De todo buen aficionado es sabido que el Rey don Juan Carlos, desde donde más le gusta ver los toros es desde una barrera. En una corrida de Beneficencia, «Espartaco» se fue hacia toriles para recibir a uno de sus toros a «porta gayola». Cuando los espa­das actuantes subieron al palco a saludar y cumplimentar a su Majestad, éste les dijo:

– ¡Qué mal se ven los toros desde aquí arriba!

«Espartaco», sin pensárselo, le contestó:

– Majestad, desde donde se ven mal es desde donde yo he estado hace unos momen­tos.

El Rey, no pudo por menos, que echarse a reír.

Lo suyo no eran los toros

Se cuenta que el diestro Juan de Dios Domínguez, apodado «El Isleño», fue prote­gido en diversas ocasiones por Manuel Domínguez, «Desperdicios» sin resultados halagüeños. Preguntado por unos aficionados que qué tal torero era Juan de Dios, «Desperdicios», en una larga cambiada, contestó: ¡si vieran ustedes lo bien que to­ca la guitarra!.

Día de cero, en la piel agujero

Juan León, «Leoncillo» consideraba fatídico que figurase un cero en las fechas en las que había de torear. «Tiemblo cuando he de torear en días 10, 20 y 30. Porque día de cero, en la piel agujero”. Por ello pronosticó la muerte de su maestro Curro Guillén: «Maestro haga usté lo posible pá que esa corría de toros de Ronda se ce­lebre en otro día distinto, porque el 20 es fecha de mal agüero, y arguno de nozo­tros va a tener que sentir, que ese día 20 del año 20, ná bueno puede sucedé «.

Y efectivamente, ese 20 de mayo de 1920, en Ronda, un toro de Cabrera le infirió una cornada en el pecho, falleciendo al ser conducido a la enfermería.