La plaza se llenó hoy en Saint Martin de Crau con un tiempo casi estival para lo que era el plato fuerte de la feria, una corrida del hierro de Prieto de la Cal. Salieron de chiqueros seis estampas veragueñas, variadas de capa y de trapío irreprochable, que propiciaron algunos momentos de auténtica angustia a lo largo de su lidia. Todos murieron con la boca cerrada pero desarrollaron genio que no permitió un lucimiento a la usanza actual. En conjunto no respondieron a las expectativas en varas, salvo los dos últimos, no fueron cómodos en el último tercio. Un punto más manejables los corridos en 1, 5º y 6º lugares. El segundo se reveló un auténtico Barrabás, en ocasiones con comportamiento de toro toreado y que se sabía el guión de antemano.

Julien Lescarret ha cumplido sin realmente coger el sitio esta tarde. Su primero, ejemplar desclasado y corto de embestida lo puso en apuros en varias ocasiones. Lo terminó despenando de una entera y saludó una ovación el diestro galo que abría cartel. El cuarto se reveló más violento que bravo en el peto y acrecentó este defecto en la muleta, obligando al diestro a abreviar y rematar al tercer envite toricida. (Silencio).

 

Alberto Aguilar saludó con una larga cambiada al segundo, y ya en los lances sucesivos el astado se le echó a la yugular. Hasta en cinco ocasiones hubo que meterlo debajo del peto del que salió suelto el Prieto. A pesar de la condición declarada del toro, Aguilar se la jugó en banderillas y resultó cogido de modo espectacular, afortunadamente sin consecuencias. La faena de muleta fue un mal rato para todos, con un toro mirón que acabó haciendo de nuevo presa por el pitón derecho que enganchó la taleguilla, sin que pasara a mayores el susto para pasaportar al astado al quinto intento y después recibir dos avisos. El diestro, por cuya trayectoria vela Stéphane Fernandez Meca, protagonizó un tercio de banderillas sin relieve en el toro siguiente compartiendo palos con Mehdi Savalli, algunos pensaron que todavía marcado por el esfuerzo consentido unos minutos antes. Pero al abrirse de capote ante el quinto ya se pudo comprobar toda la determinación de Aguilar. Después de un entonado tercio de varas que vio saludar al varilarguero Gabin Rehabi, el toro llegó con motor y recorrido a la muleta del torero que pudo aprovechar las arrancadas iniciales con muletazos de buen trazo que llevaron la banda a tocar por primera vez en la tarde. Pronto se rajó el toro y Aguilar supo percibirlo para irse a por la espada  cuanto antes y recetar una buena estocada que le permitió no dejar escapar el triunfo y tocar pelo. Durante la vuelta al ruedo tuvo el detalle de invitar a su varilarguero a compartir las ovaciones del respetable. Ambos han caído de pie hoy en Saint Martin de Crau.

 

Mehdi Savalli estuvo digno con su primero, justo de fuerzas y que solo tragaba medio pases echando la cara arriba. Lo finiquitó de una entera, siendo silenciada su labor. Decidido a no irse de vacío, el torero de Arles recibió al que cerró plaza con dos largas de rodillas. El toro tomó tres puyazos administrados por Jacques Monnier y cuando la faena de muleta discurría sin ton ni son, Savalli consiguió por un momento meter el toro en el canasto y ligar muletazos, más tarde sumó muletazos sueltos de buena factura, firmado un trasteo que acabó conectando con el público. Lástima que el fallo con el acero le privara de cortar un trofeo que se veía merecida. (Aviso y saludo)