Un dicho popular reza que el rancho está que arde y viene a colación, con esto de las funestas actitudes irracionales, incoherentes, aberrantes, violadoras de derechos ciudadanos, del Defensor, perdón, indefensor del pueblo de Venezuela, quien tras impedir abruptamente la entrada de menores de 18 años a las corridas de toros, se prepara a dar otro golpe certero, en cualquier momento, contra nuestra Fiesta Brava, armado de una guadaña y colorín colorado este cuento se ha acabado.

La Fiesta Brava en Venezuela, está hoy día más que nunca, en eminente peligro de desaparecer y va muy en serio.

La guadaña bien afilan para asestar el golpe mortal, que se está cocinando solapadamente y los taurinos venezolanos, todos en general, bien gracias, como sí nada, tapados, callados, escondidos bajo las naguas de la madre indiferencia. Aquí para los aficionados, gremios, empresarios, ganaderos, toreros, etc. etc., nada pasa, todo está de maravilla.

Vaya ironía de la vida taurina venezolana. Mientras un grupo de matadores de toros y novilleros venezolanos en rodaje profesional por España, Francia, Perú, México, ponen por todo lo alto los colores patrios, triunfando en sus actuaciones, escribiendo historia, en el país la Fiesta Brava se cae a pedazos.

Declarada, una vez más, la alerta roja en nuestra Fiesta Brava, con extrema urgencia, corren rumores bien fundamentados y cuando el río suena es porque piedras trae, de un golpe mortal contra ella en Venezuela, que viene cocinándose en silencio sepulcral, afilando la guadaña están, esa que porta en una de sus manos, la muerte misma, que no falla al señalar lo que depara el destino.

El guadañazo será certero, preciso, mortal, si los taurinos no despiertan, no salen del marasmo y letargo en que están sumidos. La reacción será tardía y que no se diga, que no le he venido diciendo, recalcándolo, insistiendo en ello, desde hace tiempo, al igual que lo han hecho con su propio estilo, Víctor Eduardo Ramírez Molina Vitico, Raúl Gordon Blasini, Kike Rosales, Rubén Darío Villafraz, Víctor López El Vito.

Quiera Dios y los taurinos, si abren los ojos a tiempo, se pueda evitar que la guadaña dé su golpe mortal. La guerra bien avisada ha estado y si muere la Fiesta Brava en Venezuela, es porque bien pendejos y pasivos han sido todos los involucrados en el mundo del toro venezolano e irremediablemente, no habrá lágrimas que secar.