Luis Francisco Esplá recibió por verónicas a su primero y lo llevó galleando por chicuelinas al caballo antes de quitar por navarras.  Banderilleó con facilidad y  realizó una faena esencialmente por el pitón izquierdo sin lograr un trasteo de relieve ante la poca fuerza y la sosa embestida de su oponente. Dejó una media caída que fue suficiente. Silencio. El cuarto recibió un puyazo trasero embistiendo con la cara alta y  Esplá cubrió el tercio de banderillas colocando un par al violín, suerte que no ha acostumbrado tener en su repertorio. El toro se orientó pronto en la muleta y, acortando el muleteo el alicantino, lo despachó de un pinchazo antes de agarrar un espadazo en buen sitio del que dobló el toro. (Ovación de despedida).

 

Sebastián Castella se encontró con un primero que en sintonía con el ejemplar que abrió plaza careció de fuerzas y tuvo poco fondo. A pesar de cuidarlo en el caballo, el toro dobló las manos al final de la primera tanda de derechazos del espada galo, que se echó la muleta a la zurda, lado por el cual el toro se desplazó un poco más permitiendo algunos muletazos de trazo limpio,  cuidando la embestida del de Algarra que volvió a perder las manos al rematar un pase de pecho, provocando el descontento en las gradas. El diestro se fue rápidamente a por la espada al comprobar la poca consistencia de este primero de su lote y lo pasaportó de una entera. El quinto salió echando las manos por delante y Castella lo recibió con lances a pies juntos. Otro toro poco castigado en el caballo en el único puyazo que se le señalo. El torero de Béziers debutó su labor muleteril con dos tandas los pies asentados en la arena y aguantando un gañafón sin moverse. El trasteó se cimentó luego en un palmo de terreno entre los pitones, metiendo al toro en el canasto en una faena de mucho aguante ante un ejemplar de media arrancada y sin humillar que no le ayudó en ningún momento. Dejó una media tendida que refrendó con un descabello y cortó dos orejas.

 

Miguel Ángel Perera saludó al tercero de la tarde con lances a pies juntos, antes de llevarlo al caballo donde se le señaló un puyazo del que salió blandeando. El extremeño quitó por chicuelinas pero el toro volvió a perder las manos y a despertar una protesta generalizada del respetable. El inicio de faena se realizó por alto y la labor continuó sin relieve por la derecha ante las repetidas genuflexiones del toro. Al intentar el toreo al natural sufrió una colada y optó por rematar su trasteo por la derecha sin conseguir levantar  la faena por la deslucida condición del astado. Se perfiló para recetar una estocada pasada que fue suficiente para acabar con un ejemplar que fue pitado en el arrastre. El sexto blandeó ostensiblemente y el presidente con buen criterio ordenó su devolución a los corrales. Salió un sobrero de  la misma ganadería que después de rematar en tablas tomó un puyazo metiendo la cara abajo y empujando con los riñones. Perera brindó a la concurrencia e inició la faena de muleta en los medios con dos pases cambiados por la espalda. Pudo dar a continuación  las series ligadas más vistosas de la tarde al  único buen toro de la corrida. El de Algarra  tomó mejor la muleta por el pitón derecho y el torero firmó un muleteo templado y profundo.  Acertó para  irse a por la espada cuando el toro estaba pidiendo la muerte y unas ceñidas bernadinas fueron el colofón a una destacada actuación que tuvo el digno epilogo de un estoconazo del que el encastado toro dobló con la boca cerrada. Dos orejas.

 

 

Plaza de toros de La Corredera

3º de feria, tres cuartos de entrada en tarde calurosa