– Un nuevo libro taurino. Y con este van?
– Este es el séptimo. Todo comenzó en 1998, con la publicación del libro Manual Práctico Veterinario en los Espectáculos Taurinos por parte del IAAP, que fue Premio Blas Infante de Estudios e Investigación. Despues han salido: Cómo ver el toro en la Plaza (1ª edic. 2006, 2ª edic. 2009, ), El Toro Bravo en el Campo (2008), Cómo ver una Corrida de Rejones (2010), El Toro Bravo. Ganaderías Míticas (2012), y finalmente, en Granada, con mi amigo Pepe del Pino, El Toro de Lidia y el Arte del Toreo (2012).
– Vd. que es un especialista contrastado sobre el toro bravo, cree que es bien conocido este bello animal?
– Pienso que no, o al menos no lo suficiente. Y ya no lo digo sólo desde el punto de vista de exterior, sino de manejo y comportamiento, sobre todo en el campo. Este libro pienso que puede ser de utilidad a la hora de conocer algo mejor el aspecto externo del toro bravo.
– De donde saca tiempo para escribir estos libros tan bien documentados?
– Pues mire, cuando algo forma parte de tu vida, cuando algo lo disfrutas con tanta pasión, el tiempo lo sacas de cualquier sitio, y por supuesto quitándoselo a las horas de sueño y en ocasiones a
– Si desapareciera el toro bravo perdería el campo español encanto?
– Sin ninguna duda. Esa imagen que se vislumbra cuando recorremos
– Refiriéndonos al toro bravo que debemos decir pinta o capa?
– Siempre Pinta. El término Capa es más correcto el asignarlo cuando se trata de caballos. De ahí el título del libro, “Guía de Campo del toro de lidia: Pintas, particularidades y encornaduras”.
– Encuentra buena colaboración de los ganaderos para la realización de sus libros?
– Han sido muchas las ganaderías visitadas a lo largo de estos más de diez años, y siempre he contado con la colaboración de todos ellos. Desde estas líneas desearía agradecer públicamente las deferencias y facilidades que he encontrado en absolutamente todos los ganaderos de bravo que han entendido mi trabajo y siempre se han volcado conmigo.
– Hace siglos que se escribe sobre el toro y sin embargo sus libros aportan unos conocimientos sobre el toro que nunca se habían publicado. ¿A que se debe, a hurgar en libros antiguos o a conclusiones de su propia experiencia en el trato con este sorprendente animal?
– Mire, yo siempre he tenido y sigo teniendo una premisa por encima de todo: mis libros tienen que ser perfectamente entendibles. Lo que salga de mi pluma tiene que estar escrito de tal manera que sea capaz de entenderlo cualquier persona sea o no sea aficionada. No tiene sentido el escribir algo que pueda inducir a un posible error de asimilación.
Por supuesto que la experiencia
– ¿Queda mucho que escribir sobre el toro?
– Seguramente que si. Es una animal mítico y misterioso del que siempre gusta saber todo lo relacionado con el.
– Como amante que es del toro entiendo que estará a favor del indulto. Pero, son siempre acertados los indultos?
– Por supuesto que estoy a favor del indulto, pero del realmente merecido. Pienso que no siempre son acertadas las decisiones al respecto. Un toro que merezca salir vivo de la plaza para morir en la dehesa padreando, aparte del trapío, debe demostrar bravura en el tercio de varas, que pelee con codicia, con bravura, que luche con entrega. Debe tener fijeza, y embistir a los vuelos del capote o la muleta de manera armónica, sin movimientos que desluzca el galopar, humillando y entregado, con mucho tranco, es decir, mucha duración en la muleta.
El toro bravo no se cansa de embestir, y ya al final de la lidia, debe mostrarse como un toro que siga acompasado en sus movimientos, que no busque la querencia ni las tablas, y que termine peleando muletazo a muletazo en los medios del ruedo.
¡Esto es un toro bravo!. ¡Esto es un toro de indulto!. Según mi modesta opinión, claro.
– Cual ha sido el toro mas bravo que ha visto?
– Han sido varios los toros que son dignos de recordar, pero como estamos en Córdoba, mi tierra, y en mi plaza, Coso de los Califas, me quedo con Mostrenco, un cuatreño de la ganadería de Victorino Martín lidiado por Pepín Liria en
Crónica de Ladislao Rodríguez Galán
Periodista