Hacía unos días que dejó de vérsele por las calles de nuestra ciudad con su empaque y su planta pregonando a los cuatro vientos que era torero. Una impertinente y rápida enfermedad acabó con su vida ayer, dejando a la familia sumida en la mas profunda tristeza. Porque «Rafaelito Lagartijo», como se anunciaba en los carteles y cariñosamente se le conocía, era un hombre cabal, amante de la familia y amigo de sus amigos, al que daba gusto escuchar en las diferentes tertulias taurinas a las que acudía, siempre aportando su sabiduría del mundo del toro, que aunque no le pasaportó a la gloria si le sirvió para llevar con respeto y elegancia el recuerdo y la memoria de su tío
Rafael Soria era nieto de «Lagartijo Chico», y sobrino de «Manolete», pues era hijo de Federico Soria Casanova y de Dolores Molina Sánchez, ésta hija del primer matrimonio de Angustias Sánchez Martínez con el matador de toros Rafael Molina Sánchez «Lagartijo Chico». O sea la sangre torera le corría por las venas con enorme caudal. Por circunstancias de encontrarse sus padres en la finca que poseían en Écija, vino al mundo en esta ciudad sevillana, el día 15 de Enero de 1930, siendo bautizado el día 27 del mismo mes y año en la parroquia de Santa Marina de nuestra capital. Comenzó su carrera taurina en 1943 actuando en Almodóvar del Río y al año siguiente en Bujalance. En 1945 alcanzó a torear diez becerradas y el 20 de Junio de 1946 debutó de luces en Priego de Córdoba. Su primera novillada picada tuvo lugar en Almendralejo el día 13 de agosto de ese mismo año. En la novillada organizada por la Asociación de la Prensa, el día 1 de septiembre de ese mismo año, se presentó en Córdoba alternando con José María Martorell y José Moreno «Joselete», lidiando novillos de
POR
Antes de comenzar el acto religioso por el alma de Rafael Soria «Lagartijo», el coche fúnebre se desplazó hasta la plaza de toros de Los Califas para que toreros cordobeses, de los diferentes escalafones, homenajearan y despidieran con todos los honores a quien fuera su compañero y amigo. Con el féretro a hombros y acompañados de familiares y amigos, dieron una respetuosa vuelta al ruedo, tras la cual,y entre aplausos, lo sacaron por la puerta grande como colofón a toda una existencia vivida en torero. Allí, sobre el albero, junto al torero discreto y elegante que fue, vimos a los matadores de toros Manuel Rodríguez Requena, José María Montilla (Escalera del Éxito 110), Fernando Sacromonte, Manuel Cano «El Pireo», Fernando Tortosa, Gabriel de la Haba «Zurito» (Escalera del Éxito 181 – Dinastía de los «Zurito»), Agustín Parra «Parrita»,
Igualmente asistieron veterinarios, críticos taurinos, apoderados, miembros de
Crónica de Ladislao Rodríguez Galán
Periodista