El matador de
El rejoneador Luis Valdenebro, que actuó en primer y tercer lugar cosechó una oreja y dos orejas. En lidia ordinaria Dorado se enfrentó a dos ejemplares muy bien presentados, con astifinas defensas y de diferente juego. Su primero, al que capeó muy bien de recibo, acabó sometido en la muleta del diestro gracias a una técnica depurada y a un buen oficio. El animal era bronco en la embestida y salía del embroque dando una tarascada. Nuestro paisano se la jugó sin ceder un ápice y pisando un terreno muy comprometido. Culminó su faena con manoletinas y el espadazo final puso en sus manos las dos orejas. A su segundo enemigo, un mastodonte de más de seiscientos kilos lo toreo muy bien de capote llevándolo al caballo con vistosas gaoneras y galleando. Ya en la faena de muleta desarrolló Dorado todo un repertorio de buen toreo por ambas manos siendo muy ovacionado por el público que llenaba casi media plaza. En un cambio de manos de muleta fue empitonado y sufrió una cornada en el gemelo de la pierna izquierda de dos trayectorias, una de
Crónica de Ladislao Rodríguez Galán
Periodista