Leonardo BenÃtez abrió la tarde con una vibrante faena en la que sacó a relucir su oficio ante un toro bronco que se movió con más genio que clase. Firme y con buen sentido del temple, el diestro ligó series por ambos pitones con entrega. TenÃa una oreja en la mano que perdió al fallar con el acero. Tras ser devuelto por partirse una mano el cuarto, BenÃtez lanceó muy bien a la verónica al sobrero, al que banderilleó con emoción y pureza. El torero venezolano se centró con âTrovadorâ al que cuajó una emotiva labor, con muletazos hondos, largos y ligados. Aprovechó la nobleza del ejemplar para ligar series que entusiasmaron por su verdad y emotividad. El toro tras cada serie se salÃa suelto, pero una vez metido en el engaño repetÃa incansable, por lo cual la faena de BenÃtez fue larga, con momentos realmente conseguidos. El presidente del festejo concedió el indulto, no sin polémica y el diestro paseó dos orejas simbólicas.
Leonardo BenÃtez abrió la tarde con una vibrante faena en la que sacó a relucir su oficio ante un toro bronco que se movió con más genio que clase. Firme y con buen sentido del temple, el diestro ligó series por ambos pitones con entrega. TenÃa una oreja en la mano que perdió al fallar con el acero. Tras ser devuelto por partirse una mano el cuarto, BenÃtez lanceó muy bien a la verónica al sobrero, al que banderilleó con emoción y pureza. El torero venezolano se centró con âTrovadorâ al que cuajó una emotiva labor, con muletazos hondos, largos y ligados. Aprovechó la nobleza del ejemplar para ligar series que entusiasmaron por su verdad y emotividad. El toro tras cada serie se salÃa suelto, pero una vez metido en el engaño repetÃa incansable, por lo cual la faena de BenÃtez fue larga, con momentos realmente conseguidos. El presidente del festejo concedió el indulto, no sin polémica y el diestro paseó dos orejas simbólicas.