Francisco Pajares realizó al primero que embestía noble y con fijeza una faena de buen trazado sin alcanzar alto nivel. Lo remató de pinchazo, estocada caída y atravesada, escuchó un aviso. Ovación al novillo en el arrastre. El cuarto se cruzaba y enganchaba. Muleteó el extremeño a media altura y en pases fuera de cacho. Al entrar a matar resultó cogido aparatosamente cobrando un pinchazo. Sonó un aviso y en el nuevo envite dejó una estocada a cambio de una fuerte voltereta. Saludó desde el tercio.

 

Juan Carlos Rey muleteó al segundo que llegó rebrincado y derrotando por ambos pitones al último tercio, defecto que acusó sobre todo por el izquierdo. Aguantando firme la embestida del novillo, se fue arreglando  en la arrancada y los pases tuvieron más entonación. Terminó de una estocada trasera y saludó desde el tercio. El quinto, picado en los costillares repetidamente, aún llegó a la muleta con embestida. Los pases fuera de cacho y con el pico y compusieron un trasteo voluntarioso  pero de larga duración sin nada que destacar. Cuando el novillo ya no repetía recetó dos pinchazos, sonó un aviso y remató de una estocada perdiendo la muleta en el embroque.

 

Pablo Lechuga pasó de muleta al tercero fuera de cacho y con el pico de la muleta. Cogido en un pase resultó volteado sin consecuencias. Continuó sin dominar ni someter al novillo. Lo despenó de estocada tendenciosa y trasera, un pinchazo y una estocada caída ejecutada la totalidad entrando con el brazo suelto. El sexto que se iba suelto le pegaron en varas y llegó a la muleta con la embestida algo picante. El diestro no se acopló con él y lo despachó de una estocada baja.

 

El público que en la actualidad ocupa la mayoría de las localidades de la monumental de Las Ventas impone su criterio al aficionado entendido.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Crónica de José Julio García

Decano de los críticos taurinos de España