Broche de oro en la feria número cincuenta y cinco de Manizales, un final para escribir en la historia de la tauromaquia mundial; el maestro Enrique Ponce es la perfección y poesía del toreo, hecho hombre.

Se lidió un encierro de Ernesto Gutiérrez con la presentación típica del fenotipo de esta ganadería, buenos kilos y un juego desigual. Los toros tuvieron nobleza y sus inicios en las faenas fueron buenos, bajando bien la cabeza pero con el andar de las faenas el motor se fue acabando y buscaron tablas, muestras de mansedumbre.

Que agradable es hablar del maestro Enrique Ponce, la mezcla perfecta del toreo; arte, técnica, inteligencia, sensibilidad, profundidad, suavidad y elegancia, que honor presenciar una faena de tan magna importancia en un ruedo tan prestigioso como es el de Manizales “La perla del Ruíz”. Lágrimas rodaron por las mejillas de quienes vimos dos faenas sublimes de un maestro nacido en Chiva (Valencia), que hoy se desbordó en perfección, no pudo matar y eso le arrebató las orejas, pero no le arrebató el amor de la afición que se rompió su palmas ovacionándolo y acabó su voz gritando “torero, torero…” . En sus dos faenas sonó Feria de Manizales, trofeo que se les brinda a las faenas excepcionales.

Luis Bolívar cortó tres orejas y además se llevó el gran cariño de los manizaleños. En el segundo de la tarde ligó una faena de excelente técnica y dominio; mano poderosa que logró templar y ahormar la embestida noble y atenta del astado que brindó todas las posibilidades al vallecaucano para triunfar y hacer sonar el pasodoble Feria de Manizales. Con otro astado de su lote hubo una faena deshilada, un pase aquí otro por allá…no se acoplaron toro y torero, sin embargo el público le reconoció buenos pases , y una buena estocada a Bolívar, al final se le otorgó una oreja.

Cayetano gustó en Manizales, fue superior su segunda faena en la que corrió mejor la mano, hubo más claridad y entendimiento para las condiciones del astado. Su presentación estuvo a la altura del compromiso, pero a pesar a ello falta algo especial en el toreo de Cayetano Rivera Ordoñez; más sensibilidad y profundidad en su tauromaquia, esa magia que marca historia… aún no la tiene. Cortó una oreja en su primero.

 

 

Desde Colombia, Informa Carolina Baquero (Directora para América)