El primero que salió de la puerta de toriles fue «Espolones», número 199 con peso de 410 kilos, cárdeno que recibió palmas en su salida. Valente Alanís lo recibió con disposicion y deseos de agradar. Brindó su faena a su madre. Inició su faena por derecha sin lograr concretar, después prosiguio por naturales con poco éxito. Terminó con adornos. Se retiró en silencio ante el desagrado del público que no apreció la labor del hidalguense ante el complicado ejemplar de De Haro.