Artículo de José Mª Portillo Fabra

A los catorce años se presentó en Madrid para competir con otros mil maletillas en el concurso taurino organizado en Vista Alegre por una empresa Lozano-Dominguín (Luis Miguel era el dueño de la plaza) , denominado «La oportunidad». Sebastián destacó en las pruebas a puerta cerrada y luego en las novilladas nocturnas, en las que fue triunfador absoluto.

Apoderado por los Lozano y ya toreando con caballos, dio la vuelta a España como niño-torero con ambiente de verdadera figura, triunfando tarde tras tarde. En su presentación en Córdoba – plaza de los Tejares – obtuvo tres orejas, asombrando en un quite por gaoneras y sobre todo en su toreo de rodillas.

En la Plaza de los Califas protagonizó un insólito triunfo al dar cuatro vueltas al ruedo por negarle la presidencia la segunda oreja, lo que se tradujo en una masiva petición en su siguiente enemigo, que le reportó una oreja de compensación y la puerta grande.

Ya de matador, se anunció su presentación en la feria de Sevilla, pero al rechazar los veterinarios la corrida, se suspendió el festejo, teniendo la última palabra el recién fallecido Sr. Utrera Molina, Gobernador Civil e instancia a la que apelaron unos y otros, a la cual don José mantuvo incólume en su prestigio, pese a las presiones de todas las instituciones y autoridades locales («Pepe, ¿vas a dejar a Sevilla sin toros un día de feria?») y nacionales. Se escribió que hubo incluso llamadas desde de El Pardo. Pero don José apoyó a las autoridades de plaza y la corrida se suspendió.

Palomo y sus mentores reaccionaron bien, y al año siguiente se presentó el torero en Sevilla con la de Miura, compartiendo Puerta del Príncipe con Limeño, El Hencho y el mayoral de la ganadería, caso único éste de las cuatro Puertas del Príncipe simultáneas.

Su capacidad le llevó a encerrarse con doce toros en la plaza de Vista Alegre de Madrid, lidiando finalmente trece por regalar incluso el sobrero. Consiguió once orejas y tres rabos. 

Y ya puesto, un año después abrió Palomo Linares la Puerta Grande de Madrid con cuatro orejas y un rabo, aunque en una tarde de tómbola: cuatro cortó Curro Rivera  y otra Andrés Vázquez. Ello motivó la destitución del Presidente Sr. Pangua sin que nadie explicara, por otra parte, qué causas objetivas hubo, porque ser generoso desde el palco no lesiona el reglamento. Para mayor abundancia, nadie en toda la plaza protestó el excepcional premio concedido a Palomo Linares.

A partir de ese momento, Las Ventas le fue tan hostil a Palomo, que ante las protestas que estaba recibiendo de la andanada del 8, se arrojó sin muleta sobre los pitones del toro.

Hizo dos películas, una con Marisol, malísima, y una tercera documental y al retirarse se dedicó profesionalmente a la pintura, con cuadros abstractos de gran formato y elevado precio.

Tuve ocasión de tratarle y era un hombre verdaderamente educado y serio, que ejercía perfectamente su papel de artista profesional… hasta que se nos agregó Manuel Benítez  y aquello fue un disparate de risas, con Manuel intentando venderle cuadros de Sebastián a todo el que se acercaba.

Con Sebastián Palomo Linares la Fiesta despide a uno de los toreros que fueron verdaderamente  famosos.

a) Triunfo en Las Ventas. Atención al toreo de rodillas. No se sabe cuál de los dos es la fiera.

https://www.youtube.com/watch?v=16bC, lidiajndCNlhWtY

b) El Niño Zabio de Camas vs El Mushasho de Linares. Poco después los dos eran íntimos amigos.

https://www.youtube.com/watch?v=u6M3In6eYPY&t=3s