Mientras la parte de Magdalena pasaría a  Salvador Guardiola, que la pondría a nombre de su esposa Maria Luisa Domínguez Pérez de Vargas, la parte de su hermano Francisco seria adquirida por los hijos de la Marquesa de Tamarón, Ramón y Jaime Mora Figueroa, que la echarían dos sementales de procedencia Conde de la Corte con los números 94 y 105, y que ambos se llamaban Chavetero, Ramón llevaría la vacada hasta 1.945, colaborando en las labores de selección los hijos de su consuegro Juan Pedro Domecq y Núñez de Villavicencio,  adquiriendo los Hermanos Domecq y Diez sementales de Mora Figueroa que cruzarían con lo que ellos tenían de vazqueño.

            En 1.945 Ramón Mora Figueroa vende la ganadería al Conde Antillón, el cual dos años después se la vendería al marqués de Contadero, y tras pasar dos años después a Salvador Noguera, en 1.951 la adquiere definitivamente Pedro Domecq Rivero, marqués de Domecq, y sus hermanos que comprarían mas reses a los hijos de Juan Pedro. La parte de Pedro Domecq Rivero la heredaría su hermano pequeño Juan Pedro, que seguiría con la ganadería del Marqués de Domecq. Sus hijos Gonzalo, Javier, Juan Pedro y Fernando llevan la misma hasta que en 1.995 al fallecer el padre, se divide la ganadería conservando el hierro, Javier y Fernando, creándose el hierro de Martelilla, que llevan Gonzalo y Juan Pedro.

            De este encaste tiene fundamentos ganaderías tan importantes como Maribel Ibarra, Torrealta, Núñez del Cubillo, Sancho Dávila, Sayalero, Joao Moura y otras muchas y finalmente Cesar Rincón que compró cuarenta vacas y tres sementales y se los llevó a su Colombia natal.

            Los herederos del Marques de Domecq, los hermanos Domecq y López de Carrizosa, tratan en la actualidad en los Marqueses y en los Martelillas de hacer un toro que tenga ritmo en la embestida, y su mayor preocupación sigue siendo la que su padre mantuvo en la selección, que la vaca en la muleta fuese brava y noble, valorando de forma importante la fijeza. Continúan tratando de hacer un toro nque tenga fiereza, con motor y que transmita, con lo que unido al excelente trapío que presentan los “marqueses” con toros de buen tamaño, siendo en 1.943 el semental Malasombra el que fijaria el tipo de la vacada, ya que era ancho de pecho, alto de agujas, corto de manos y rematado por detrás. El semental Travieso hijo del anterior, mejoro la vacada En la actualidad se trata de hacer un toro en cuanto a su fenotipo que no sea ancho de sienes, de buen cuello, de lomo recto, de gran morrillo y de pezuñas anchas, mas bajo,  chato de cara y acapachado, siendo los pelos variados debido a esa mezcla de sangres que tuvo de los tamarones con lo que le llego a Ramón Mora de su consuegro Juan Pedro Domecq de la rama veragueña.

Posteriormente serian sementales como Rondeño que daría una gran calidad a la vacada o Calladito o Castellano  que igualmente serian grandes raceadores de esta ganadería.

            Ha habido a lo largo de estos mas de cincuenta años de historia de los del Marques, grandes toros a los que se les ha dado la vuelta al ruedo, aunque podríamos destacar a los destacados como toros mas bravos de San Isidro en Madrid como Hablador lidiado por Andrés Vázquez en 1.966 o Precipitado por Cesar Rincón en 1.992. Melenas seria indultado en 1.971 en Antequera y  premiados como mas bravos en las ferias de Bilbao, Indiano en 1.969 y Fresón en 1.993 en San Fermín, entre un gran numero de toros que han venido prestigiando la bravura de los que hoy día son estos dos hierros MARQUES DE DOMECQ Y MARTELILLA, defensores de la autentica bravura.

 

 

                                              

Juan Carlos Navas Gómez

Presidente Plaza de Toros de Ávila