En el mundo simbólico y autobiográfico de Dalí proliferan los fetiches, tales como la langosta (fuente de fobia), objetos encontrados (como un simple trozo de madera), los fosfenos (símbolos del paraíso intrauterino perdido), o el fetiche daliniano más extendido: la muleta. Cultivar el engaño, pero manteniendo la conciencia de que el control de la razón ha sido suspendido deliberadamente. Con un dibujo academicista y de gran exactitud, da realidad a sus delirios, a sus sueños. “Dalí dotó al surrealismo de un arma de primer orden con su método paranoico–crítico”, sentenció André Breton. El método paranoico-crítico marcó un nuevo giro en el arte surrealista, alejándolo de la pasividad de los sueños incontrolados y las producciones automáticas. Dalí lo definió así en 1935: “Actividad paranoico-crítica: método espontáneo de conocimiento irracional basado en la asociación interpretativa-crítica de los fenómenos delirantes”. Dalí ejemplificó su teoría en lo que denominó la «imagen doble«, esto es, “la representación de un objeto que, sin la menor modificación figurativa o anatómica, sea al mismo tiempo la representación de otro objeto absolutamente diferente, despojada, también ella, de todo tipo de deformación o anormalidad que pudiera revelar algún arreglo”. La imagen doble (o múltiple) actúa como un acertijo visual, jugando con las apariencias y ofreciendo una figura completa y diferente cada vez que el espectador consigue cambiar en su mente la relación figura-fondo de la imagen que está contemplando. El deseo erótico es la ruina de las estéticas intelectualistas. Allí donde se extingue la Venus de la lógica, se anuncia la Venus del «mal gusto», la «Venus del abrigo de piel» bajo el signo de la única belleza, la de las reales agitaciones vitales y materialistas. La belleza no es más que la cantidad de conciencia de nuestras perversiones. Bretón añadió: “La belleza será convulsiva o no será.”. El famoso “Torero alucinógeno”, de proporciones descomunales, 4 x 3 metros, es una combinación de varios elementos resultantes de su procedimiento paranoico-crítico, y el pintor confiesa que este cuadro es la primera aplicación óptica de su nuevo método. El niño que observa en la parte inferior del cuadro, es Dalí mismo. Se dice que estando en Nueva York compró una caja de lápices de la marca Venus la cual tenía una reproducción de la Venus de Milo, casualidad que motivó  su deseo de realizar esta obra. La expresión de Gala se debe a que a ella no sentía atracción por el mundo de los toros. La Venus de Milo es el doble del rostro del torero. Su manto es el capote rojo del matador. Las moscas indican la descomposición del cuerpo y su vuelo es triangular. Los colores son ocres, rojos, verdes, violentos, un conjunto bellísimo. Esta obra ha sido representada aliando una mezcla de anfiteatro clásico y de plaza de toros, y en nada de ella aparece un detalle de la lidia, ni siquiera en las escenas secundarias.

Dalí, que frecuentaba el coso de Figueras, solía igualmente acudir  ir a la Monumental de la ciudad condal y llegó a sugerir a Pedro Balañá la celebración de una corrida surrealista en Las Arenas, proyecto que nunca llegó a fraguarse en los planes del dueño del coso.

Freud fue una de las personas que más influyeron en la obra del maestro surrealista, “Dalí, ¡Qué fanático!”, decía. En sus obras taurinas,  el de Figueras  enfatiza con su paranoia hacia la muerte como fuerza impulsiva básica de la conducta del hombre planteada por Freud. La Fiesta se convierte entonces en  Fiesta de muerte. El pintor sustituye un reloj a la cabeza del torero porque el tiempo pasa inexorablemente: tiempo para la muerte del torero, tiempo para la muerte del toro. Salvador Dalí tenía fobia a la muerte y a envejecer. “ El temor a la muerte, señores, no es otra cosa que considerarse sabio sin serlo, ya que es creer, saber sobre aquello que no se sabe; tal vez la muerte es la mayor bendición del ser humano, nadie lo sabe, y sin embargo le teme como supiera con absoluta certeza que es el peor de lo males “.

 

 

 

 

 

 

José Miguel Palacios

Pintor y Escultor