Welles era algo más que un anglosajón juerguista enloquecido por la falta de puritanismo y lo barato que era el coñac en España. Era un hombre de gran inquietud intelectual y estética, además de un genio del cine. No sólo iba a los toros y los tablaos, le interesaba la gran cultura española, la pintura de Goya y de Velázquez, le fascinaba el Quijote, sobre el que hizo una película tan extravagante como todo lo suyo.

Confesaba que él mismo había querido ser torero, aunque añadía: “No estoy seguro de por qué”. El caso es que se sumergió de verdad en el ambiente taurino. Una vez que Andrés Vázquez le invitó a su pueblo, Villalpando, los vecinos creían que era un picador nuevo en la cuadrilla.

Cuando  el joven Orson Welles finalizó su etapa escolar en Estados Unidos, viajó a África y al regresar de aquellos países pasó por Sevilla, ciudad en la que vivió cuatro meses, concretamente en el barrio de Triana. En pleno año 1932, quedó fascinado por el arte de la lidia, y él mismo toreó en cuatro corridas que fueron pagadas por su cuenta. Cuando Welles lidió en Sevilla lo hizo bajo el nombre de “El americano “.

Welles murió de un ataque cardíaco en Los Ángeles en 1985. Sus cenizas fueron depositadas en Ronda, en la finca de San Cayetano, propiedad de su amigo el matador de toros Antonio Ordóñez, según tal y como había expresado. Sin embargo hay otras versiones en las cuales se dice que Orson Welles no dejó testamento alguno donde expresara sus deseos luego de su muerte, por lo cual tanto su hija como su esposa acordaron que sus cenizas fuesen esparcidas en España, ya que concordaron que ése fue el lugar donde Welles se sintió más feliz en el transcurso de su vida.

Entre 1956 y 1961 había recorrido España con su segunda esposa y su hija, grabando imágenes con una pequeña cámara de cine para realizar unos documentales que le comprarían las televisiones inglesa e italiana. En esta obra el toro y la Fiesta taurina se hacen presentes en todas partes, en los encierros, en las capeas, en el campo, en las plazas de las grandes ferias. Ahora su visión es disponible por internet, en la versión que se hizo para la RAI, la televisión italiana, y que se ha reeditado.