Estando Manolete ingresado en el Sanatorio de la Milagrosa, en Madrid, Manolete le confiesa al periodista montillano José María Carretero, lo siguiente: – Poco a poco, me convencí en silencio , sin decírselo a nadie , que el toreo era mi destino y mi vocación irresistible, a la que con arte verdadero tenía que consagrar mi vida. -Oye y dime, cual fue el primer dinero que ganaste con los toros. -Pues mira , da la casualidad que el primer dinero que yo gané con los toros fue en tu pueblo , en Montilla.

Esto tiene su historia , porque de ahí arranca todo. Acababa yo de salir de los Salesianos , ya te he dicho que me reunía con chavales y aficionados como yo . Una mañana estábamos sentados allí en Córdoba , en el Campo de la Merced, varios maletillas hambrientos de toros y de comida , y de pronto vino uno y dio la noticia, que estábamos esperando siempre: “ Esta tarde hay jerraero en el Lobatón. Queréis que vayamos p´allá. ¿ Dónde está el Lobatón ?, preguntó mi primo … –

Finca el Lobatón.

 

Hombre ahí al lao… Anduvimos 11 kilómetros , hambrientos y extenuados llegamos al cortijo , en el preciso momento en que los gañanes , delante de un gran perol, se disponían a comer un cocido con cada garbanzo como una avellana y con cada trozo de tocino y de chorizo que se desmayaba uno de verlo, al vernos llegar nos dijeron ¿que queréis ustedes aquí ?… – Veníamos a ver si nos dejaban torear alguna becerrilla.. . En esto llegó el dueño del cortijo, que era D. Ricardo López , y más por lástima que por otra cosa , mandó que nos echaran unas becerras.

Aficionados con Manolete. En la Escuela Taurina de Montilla.

Si hubieras visto a los chavales pelearse por la muletilla… , y yo, como era el más pequeño y el más tímido , no me atrevía a intervenir para nada , pero en esto echan una, que no había quien la arrancara, probaron todos y nada, entonces D. Ricardo López se dirigió a mi y me dijo, oye nene, quieres tú probar también haber si la haces embestir. – Sí señor le respondí , loco de contento .

Vista de Montilla.


Entonces, dirigiéndose a los otros, les ordenó, que me cedieran la muleta. Cuando la cogí me fui a la becerra poco a poco, acortando terreno , hasta que consegui que se arrancase. Algo debió ver en mi D. Ricardo que incluso que terminado el tentadero, me trajo en su automóvil a Córdoba. Durante el camino me propuso amablemente,

¿Quieres venir mañana a Montilla?. Te llevo si quieres , torearemos unos becerros muy bonitos… Yo acepté encantado. Al día siguiente me fui con él a tu pueblo. -Salió mi novillo y se lo brindé . Quedé bien y me regaló cinco duros , que recuerdo me lo gasté en alfajores en una pastelería que hay en la calle Corredera. -Sí hombre recordé : “Aguilar Hermanos”, son muy ricos los alfajores de mi pueblo.

Pastelería donde compró  Manolete los alfajores para su Madre.

(La transcripción anterior, corresponde a unos párrafos de la entrevista, que viene publicada en el libro de Los Toreros de Joselito a Manolete, por el Caballero Audaz. Es una prueba más de la afición en Montilla por el mundo del toro, que por todos es sabido desde hace mucho tiempo.

José Luis Sánchez Garrido José Luís de Córdoba, en su libro Tauromaquia Cordobesa nos dice lo siguiente: …”Pocos serán en el planeta de los toros los que no hayan conocido a Eduardo Ramírez. Su nombre era familiar a toreros y ganaderos o empresarios, apoderados, críticos y aficionados de categoría . Eduardo Ramírez o Eduardo el de Montilla , así también le nombraban muchos , y todos le querían y le respetaban , y pedían y escuchaban sus opiniones en materia taurómaca con verdadera devoción, Su figura era familiar en los hoteles, junto a la cama en la que reposaba el espada en espera de la hora de comenzar a recamarse de oros y de sedas. 

Castillo y torre de la Parroquia de Santiago de Montilla.

Por Manolete sentía verdadera pasión, muchas veces le llevó invitado a su casa de Montilla , le hacían mucha gracia a Manolete las cosas de Eduardo, cuando Manolete pasaba por la estación de Montilla , se lo avisaba a Eduardo , Y éste, ufano, satisfecho , salía a la estación con la banda de música y con una batería de botellas de néctar montillano….”… Cuenta José Cobos en el semanario cordobés Ecos, el 25 de agosto de 1952, lo siguiente: …”El día del Corpus de 1945 fue la última visita de Manolete a Montilla , la tierra donde el 16 de Julio de 1932, banderilleó y mató por primera vez una becerra en público.

Arcos de la Puerta de Aguilar. El edificio de la izquierda. Estaba la Escuela Taurina de Montilla.

Venía desde Granada con el buen aficionado Eduardo Ramírez. Yo los vi llegar al filo de la madrugada en aquel oscuro Mercedes que Manolete usaba entonces en sus viajes, Eduardo improvisó una cena fastuosa, porque su casa fue siempre el albergue más cordial que los toreros podían encontrar a lo largo y ancho de España, Fue la última vez que Manolete pisó el suelo montillano…”…

Recuperación del azulejo. Y calle que el Ayuntamiento le puso a Manolete. Dedicatoria de Manolete a José Cobos.

El Excelentísimo Ayuntamiento de Montilla, en el cincuentenario de su muerte, inaugura una calle con el nombre de Manuel Rodríguez Sánchez Manolete y la recuperación de un azulejo histórico, colocado en el lugar donde Manolete toreó a la primera becerra de su vida.

Rafael Contreras Zamora

Texto y Documentos Gráficos

José Luis Cuevas 

Montaje y Editor

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