Manolo Zapata se encontró con un primer toro noble pero soso, con el cual estuvo voluntarioso pero falto de sitio. El torero le dio pases sueltos de buena factura, pero no dio el paso al frente pues no terminó de pisar esos terrenos difíciles que requieren los toros de cortas embestidas. Con el cuarto, un ejemplar enrazado Zapata volvió a estar precavido. Tras un buen inicio en suaves pases por alto, el diestro acusó su poco oficio pues se le vio dudar en los terrenos y las distancias. No obstante logró algún pase aislado de buen corte pero el trasteo nunca rompió. Sufrió un varetazo tras un instante de apremio y despachó con una estocada al encuentro tendida.

Adelino Da Silva estuvo toda la tarde lleno de ganas, deseos y valor, ante un lote que también fue exigente. Lanceó con voluntad a la verónica al segundo, al que inició el trasteo con un vibrante péndulo. Atacado por su exceso de ganas, ligó varias series de muletazos, aguantando las fuertes arrancadas del toro. La faena fue  emotiva, aunque varios enganchones deslucieron el conjunto. El fallo con los aceros difuminó cualquier reconocimiento. Ante el quinto, un toro muy chico, Da Silva no se acomodó con el capote y banderilleó con más voluntad que acierto, Pero con la muleta demostró sus deseos al abrir con dos ceñidos péndulos en uno de los cuales fue volteado dramáticamente. Repuesto del trance, el torero cuajó una faena emotiva, con varios muletazos largos y de mano baja, aprovechando la movilidad del astado. Faena vibrante, aderezada con adornos y desplantes que bien le pudo valer una oreja al diestro que falló con el descabello. Saludó desde el tercio una ovación.

Leonardo Rivera en su primero se vio perjudicado por una repentina y fuerte lluvia que obligó al público a refugiarse en algunos palcos. En el tercio final, Rivera ligó dos series entusiastas por el pitón derecho, basadas en muletazos cortos y vibrantes, aunque sin llegar a entender del todo al astado, que se paró en seco, como si se le hubiese acabado la cuerda. Por tanto la faena cayó en picado. Con el sexto, un toro ofensivo y complicado, Rivera estuvo discreto con el capote y con la muleta, se vio sin sitio para resolver los problemas que planteó el astado. No se podía hacer mucho pero el diestro optó por abreviar.

 

FICHA DE LA CORRIDA

Plaza de toros de Valencia.

Domingo 8 de noviembre.

Primera corrida de la feria de la Virgen del Socorro.

Corrida de toreros venezolanos.

Menos de un cuarto de entrada en tarde fresca con lluvia.

Seis toros de Tierra Blanca, desiguales de presentación y juego. Hondos y cuajados cuarto y quinto, terciados el resto. El quinto, multado por no dar el peso mínimo de 425 kilos. Destacaron cuarto y quinto, éste ultimo por su movilidad. Difíciles el resto.

Pesos: 430, 496, 432, 454, 402, y 450 kilos.

Manolo Zapata, de blanco y azabache: (Silencio y silencio)

Adelino Da Silva, de lila y oro: (Silencio tras aviso y ovación con saludos tras aviso).

Leonardo Rivera, de salmón y oro: (Silencio y silencio tras aviso).

 

Incidencias: Buena brega de José Linares “El Yoni” y gran puyazo de Alirio Ramírez al sexto. Entre el término de la lidia del segundo y comienzo de la lidia del tercero, cayó una fuerte lluvia. Manolo Zapata sufrió un varetazo en la parte posterior del muslo derecho y Adelino Da  Silva un puntazo en la región inguinal. Ambos de pronóstico leve.

                                                                    

 

                                                                                                                                                                                                                          

                                                                                                                                                                                                     Crónica de Víctor Ramírez “Vitico”

Coordinador General para Venezuela  de Sabiosdeltoreo.com